La UD Las Palmas de las mil caras se mira al espejo. El estilo de jugar sin un estilo fijo. La sobredosis de tedio ante la AD Alcorcón en el Gran Canaria -tercer empate consecutivo y cuarto duelo invicto- reabre un viejo debate sobre la estética y productividad del cuadro isleño. Se añora la propuesta explosiva con extremos que cautivó al inicio de la campaña -con Rober y Pejiño como referentes diabólicos-.
De atacar los espacios, la partitura de José Mel Pérez, desde el partido ante el Girona FC en Montilivi, dio un giro radical hacia la elaboración. Si el punto álgido de aplastar rivales desde la velocidad llegó ante el Almería (2-0), se tocó el cielo ante el Sporting de Gijón (3-2) con treinta minutos sublimes desde la precisión. Todo por dentro. Sin bandas, y con Kirian como estrella de todo un renacer.
El baile de sistemas -4-2-3-1, 4-1-4-1 y disponer de dos puntas en el 4-4-2 que se empleó por ejemplo en El Toralín- deja a la UD en la 14ª plaza con 23 puntos tras 18 jornadas (1.620 minutos). Mel cumple con el objetivo: el descenso está a seis puntos y restan tres duelos para el final de la primera vuelta.
Si el estratega amarillo mantiene el ritmo puntuativo, acabaría esta edición liguera -30 de mayo- con 53,6 unidades. Le daría para sellar la salvación de forma matemática, fijada por un baremo histórico en los mágicos 50 puntos. A estas alturas, en la pasada campaña, los amarillos tenían 25 -con Viera, Narváez o Pedri desatados-, mientras que en la 2018-19, tras 18 jornadas, en el casillero de Paco Herrera figuraban 24 -uno más-.
La UD es el octavo mejor anfitrión de la competición de plata -cinco victorias, cinco empates, dos derrotas- y ocupa la 18ª plaza en el ranking virtual de visitante -seis empates y tres reveses-. Es el sexto máximo realizador (20 goles) y ve puerta cada 81 minutos. Con 23 tantos recibidos, el bloque grancanario es el sexto más batido (una puñalada cada 70’).
132 tiros a portería dejan a la UD como el 12º con más munición. Pero es el segundo que más balones aéreos pierde (430). Con dos tantos en propia meta -marcha líder-, cabe reseñar los siete penaltis decretados en contra (cinco acabaron en la red y dos fueron detenidos, uno por Álvaro Valles y otro por Domínguez).
Test PCR a la pizarra
Con diez fichajes -con un gasto de 1,2 millones-, la UD de la austeridad arrancó con un tope salarial de 7,9 ‘kilos’. En la pasada 2019-20, el umbral del gasto se fijó en 12,4 por la cifra récord de la 2018-19: 19,2 millones. Pretemporada exprés y tres casos de la Covid-19 como aperitivos al estreno ante el CD Leganés. Mel no pudo disponer de Araujo y Javi Castellano en el inicio de la competición -el tercer positivo fue Ismael-. Siempre con complicaciones, el novelista ha empleado a 28 jugadores.
El sistema 4-2-3-1 ha sido utilizado en diez ocasiones, mientras que se recurrió al 4-1-4-1 en siete duelos. Con dos delanteros, se ha recurrido en una ocasión de forma significativa -más de 20 minutos-.
¿Dónde reside la ecuación mágica de Mel para besar el Santo Grial? El mérito del estratega reside en la invención de la UD camaleónica. Ha ido moldeando su partitura -para dar cabida a Viera, para mover a Pedri, para extraer el máximo rendimiento a Rubén...- según el nivel de precisión y acierto de sus jugadores. Comenzó con la ‘partitura supersónica’. Pejiño y Rober se destaparon en el inicio como dos puñales. En la posición de único punta, primero un debutante como Espiau y luego la explosión del Chino Araujo -cuatro goles en 307 minutos y tres victorias en cuatro jornadas-. La UD alcanzó la sexta plaza tras domar al Castellón el 21 de octubre.
34 días invicta y la nada
Al contragolpe, la partitura del novelista se mostró intratable. 34 días sin perder y firme candidato al playoff de ascenso. En el Cartagonova, con gol de Rubén Castro, el conjunto isleño se descompuso. Las lesiones de Araujo y Pejiño obligaron a un cambio de guion.
Ante el Girona (1-1), Mel adelantó a Ruiz -por delante del pivote- y dinamitó el triángulo de acero -que estaba conformado por el cántabro, Kirian y Loiodice-.
Ante el Tenerife, con el Ortolazo, quedó sepultada una sequía de cuatro jornadas sin éxitos. Descalabros ante Sabadell y Mirandés y la apuesta por el juego por dentro alcanzó la excelencia ante el Sporting. La última media hora se tradujo en tres goles. En Ponferrada, Mel aplicó en un mismo partido hasta tres sistemas. Jugó dos delanteros. Y llegó Anquela, con Cedrés como lateral derecho, la UD naufragó con un único remate a portería -el penalti malogrado por Kirian-. Dudas, miedos y temores.
Lluvia de conceptos y 16 lesiones -de Díez a Ruiz-. Decapitada, Las Palmas resiste con la segunda línea y añora los goles de Pietro. Mel sigue agitando su pizarra mágica. Vienen el Varea y el Rayo.
28 JUGADORES, 23 PUNTOS y 1.620’
Rotaciones y lesiones
Mel ha empleado 28 jugadores en las primeras 18 jornadas del campeonato (1.620’). Lastrado por las lesiones (16) -hasta la Covid con los casos de Javi, Sergio Araujo o Athuman afectó a la UD-, el técnico hizo malabarismos para completar convocatorias. La Covid-19 afectó al vestuario amarillo tras conocerse los casos de Javi Castellano, Sergio Araujo o Athuman.
Posesión y la tabla
La UD luce un 50,45 % de posesión de balón y contabiliza 23 puntos -5 victorias, 8 empates y 5 derrotas-. Es 14ª en la tabla y la sexta máxima realizadora con 20 dianas. Con 23 goles en contra, es el sexto más batido. Las Palmas es el octavo mejor local (17 puntos) y ocupa la 18ª plaza en la tabla de los visitantes -aún no ha ganado y suma seis empates y tres derrotas-.
Baja el tope salarial
La entidad amarilla maneja un tope salarial de 7,9 millones de euros y ocupa la novena posición de la tabla. A esta cifra hay que restar las indemnizaciones a Rubén (300.000), Mantovani o el coste del contrato de Raúl Fernández -sin ficha-. La UD se ha gastado 1,2 ‘kilos’ en las diez contrataciones de este curso.