Inseparables y rivales en el infierno del Municipal de Anduva. Sergio Ezequiel Araujo y Raúl Lizoain compartieron vivencias, llantos, alegrías, sueños y gloria en el vestuario de la UD durante cuatro campañas -desde la 2014-15 a la 2017-18-. De la relación queda para la eternidad la imagen del abrazo entre el argentino y la Araña de Escaleritas, tras lograr el Chino el tanto del ascenso ante el Real Zaragoza en el Gran Canaria. El ‘10’ le dedicó el tanto más importante de este siglo a un guardameta herido, que fue relegado a la suplencia en el duelo clave ante los maños -había que remontar el 3-1 de la ida-.
A partir de las 17.30 horas, el meta del CD Mirandés tratará de congelar las embestidas de un artillero al alza. Ha recuperado la sonrisa y junto con Sergio Ruiz ha puesto a los amarillos en órbita. Será la primera vez que Lizoain y Araujo se miden en una contienda que puede significar el despegue definitivo de los de José Mel Pérez. Está en juego la cuarta victoria consecutiva en este curso liguero.
En un feudo maldito -cuatro comparecencias, cuatro reveses-, Lizoain (76 duelos defendiendo el arco de la UD, 32 en Primera) es el guardián rojillo. Custodia Anduva, una plaza que le ha elevado a la condición de indiscutible tras relegar a la suplencia a Limones. Encadena 18 jornadas de titular (1.620 minutos) y ha encajado 15 dianas. Tras dejar Las Palmas en julio del 2018, con el descenso de la ‘era Emenike’, Lizoain inició su aventura en la AD Alcorcón que acabó de forma macabra. Ruptura de contrato, pleito y sesiones en la soledad de Barranco Seco. Del paro a Anduva. El 26 de enero del 2020 aterrizó en Miranda de Ebro y ha respondido a las expectativas -en junio acaba contrato-. Su sueño es volver a vestir de amarillo y así compartir un nuevo periplo con Araujo. Junto al rey de pólvora, deleitó en Primera y fue denostado por la crítica. De los elogios al veneno de las redes sociales.
“Ser portero de la UD es difícil, hay mucha presión. Pero para un grancanario es todavía peor. No te perdonan ni una, siempre tienes que dar el cien por cien. Si tienes una mala tarde, lo pagas”, realza la Araña de Escaleritas, que se marcó un partidazo en el tramo final de la pasada campaña ante la UD. Dejó un carrusel de paradas imposibles. Rubén le batiría de penalti. En la primera vuelta de esta 2020-21, el Mirandés se impuso (0-2) a los de Mel. Raúl se vengó, otra vez, con una mano milagrosa. Consolidado de rojillo en su segunda temporada, a los 30 años, triunfa en Segunda con el Mirandés de José Alberto López -marchan undécimos, con dos puntos menos que los grancanarios-. En el caso de Araujo, tras cesiones exitosas en el AEK de Atenas, contabiliza 132 duelos amarillo con 40 tantos.
El Chino es un francotirador letal, capaz de desestabilizar a cualquier pareja de centrales. A sus 29 años, con la UD, pasó de héroe a villano. Logró un tanto icónico en el 21-J ante el Zaragoza y completó su obra de arte con el abrazo a su ‘hermano’. El dolor de Lizoain, apartado de la gloria por Paco Herrera por los tres tantos que encajó en La Romareda, tocó el alma del ejecutor de una época. Minuto 84, golpeo de Viera, la peinada de Ortuño, la chilena de Patalavaca de Aythami Artiles y la capacidad del Chino para descubrir el paraíso. Locura y carrera al banquillo para abrazar a su ‘hermano’ del alma.
Del wasap a las emociones
El portero de Escaleritas confesó que durante la semana ha conversado con Araujo. “Hemos hablado de nuestras cosas, de cómo estamos. Poco de fútbol”, realza. Los dos metabolizaron el ostracismo y se verán las caras por primera ocasión como enemigos. En un grandísimo momento de forma. El Chino -cinco goles, once partidos- ha sido capital en el triplete de los titanes -domar a Espanyol, Mallorca y CD Leganés-. Lizoain versus Araujo, la contienda de las emociones. Unidos por la gloria de un gol sin fecha de caducidad.
Con la sexta plaza como botín, el cuadro de Mel quiere estirar la condición de intratable en 2021. Los amarillos son el único equipo de LaLiga SmartBak con tres triunfos en el año recién estrenado. Es la tercera ocasión que Araujo pisa Anduva. Lleva dos bofetones (con la UD en 2015 y Barça B en 2012) y quiere cambiar la historia. Aunque fastidie a un amigo.
