Xavi García Pimienta está demostrando que no es una persona dogmática, que puede flexibilizar su credo. El de ayer fue un ejercicio distinto al que profesa su religión de la posesión del balón. Con un 34% del tiempo con el poder del cuero, el técnico saca pecho por haber sacado los tres puntos a través de una filosofía distinta a sus principios. «Tenemos que saber jugar los partidos sin tener el balón», dijo el estratega a la conclusión del encuentro, satisfecho del camino encontrado hacia el triunfo frente al Andorra (2-0).

En la misma línea, Pimienta desmenuzó la propuesta de Eder Sarabia, feligrés del Cryuffismo y con la intención de estampar su sello en el estadio que protegió durante dos temporadas bajo el yugo de Quique Setién en Primera. «Sabía que iban a tener mucho tiempo el balón. Han querido el balón y eso nos hace sufrir a nosotros. Hay que saber sufrir. Ponernos por delante hizo que ellos salieran hacia delante y nosotros nos replegáramos. El partido ha estado igualado. Hemos tenido algunas ocasiones a la contra», expresó.

En cuanto al hombre del momento, su Marc Cardona, en el que no dejó de confiar en ningún momento a pesar del divorcio con las porterías rivales que mantenía el delantero, optó por la humildad. «No es algo que me preocupara antes, ya lo decía, si no marcaba sabía que lo iba a hacer un compañero. Sé lo que puede aportar al equipo porque lo conozco de la etapa en Barcelona. Puede estar cinco partidos sin marcar que no me importa», subrayó.

Sobre la política de rotaciones establecida en la línea de centrales, en la que no ha repetido en ninguna de las tres jornadas alternando entre Coco, Curbelo y Sidnei, indicó que este último «terminó con molestias en el partido de Málaga» y por tanto «al no estar al 100%» optó por darle descanso. Una decisión que a su vez le deja «tranquilo», porque puede «confiar en todos los jugadores de la plantilla», sentenció en cuento al cerrojazo que tiene atrás con tres portería a cero.