«Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos». Con esa célebre frase del filósofo Henry David Thoreau bien se podría reflejar el estado actual de la UD tomando como referencia a la pasada temporada. A estas alturas del campeonato, pasada la jornada 14 liguera, Las Palmas acumula los mismos puntos que el equipo que dirigía Pepe Mel en la campaña 2021-22: 26 puntos, después cosechar siete triunfos y cinco empates.
El doble tropiezo del equipo amarillo en las dos últimas jornadas le ha bajado de las nubes de la clasificación. De comandar LaLiga SmartBank con un colchón de cinco puntos sobre el tercer equipo situado en la tabla con 21 puntos, el Burgos, a ceder el liderato precisamente frente a este mismo equipo al perder el pasado martes en el Gran Canaria por 0-2.
Con la derrota frente al Huesca y al Burgos en apenas 72 horas, la UD ha pasado de la cúspide de la clasificación al tercer lugar y, evidentemente, acumular la misma puntuación en la jornada 14 que en la temporada 2021-22 cuando Pepe Mel era el encargado de dirigir a la nave amarilla.
Sin embargo, en el mismo «kilómetro –como se refería Mel a las jornadas–» que se encuentra ahora Las Palmas de Pimienta eran bien distintas. Primero porque la UD de hace un año sumaba los 26 puntos en las 14 jornadas llegaban gracias a tres triunfos consecutivos, mientras que la hoja de rendimiento de la actual reflejan dos heridas consecutivas. Y segundo porque precisamente esa tendencia era al alza, al contrario que la actual, deflactaria.
Con la racha de tres triunfos de la jornada 12 a la 14 con Mel después de los: 3-0 ante el Alcorcón, 0-1 contra la Real Sociedad B y el 2-1 frente al Fuenlabrada; Las Palmas se situó tercero en la carrera por el ascenso. Una franja que marcaban el Eibar, segundo con 27 puntos, y un poco más alejado el Almería, con 31.
Ahora, justo 365 días después, la tendencia de la UD le ha descolgado hasta esa misma tercera plaza, pero con el Alavés y el Burgos, segundo y primero respectivamente, a tan solo un punto de diferencia para dibujar la zona de ascenso directo.
Pero ante todo ello cabe tener en cuenta que al menos las sensaciones que rodean a la UD actual son totalmente diferentes a las de la pasada campaña. Si en la 2021-22 la palabra «ascenso» parecía tabú, en la actual empresa el objetivo de regresar a Primera División no se le esconde a nadie, más aun después de que Las Palmas haya sido capaz de establecerse al frente de la clasificación durante cinco jornadas, y en puestos de promoción directa desde la etapa cinco ininterrumpidamente hasta que salió el pasado martes con la derrota ante el Burgos. Cuestión que Pepe Mel no consiguió en toda su etapa como entrenador del equipo amarillo.
Tomando como referencia a los equipos que ascendieron a Primera en este siglo, con Paco Herrera como entrenador en el último año de alegría del club, en la jornada 14 la UD se situaba primero de la tabla con 29 puntos; mientras que en el equipo que dirigía Sergio Kresic en la 1999-2000, por entonces marchaba tercero al acumular 25 puntos, dos menos que el Extremadura, segundo, y cuatro menos que el Salamanca, por entonces líder.
