La noche en la que Moleiro bailó flamenquito en el Villamarín y dejó nueve regates

Héctor Bellerín, un internacional con 284 partidos de clubes a su espalda, tuvo pesadillas el domingo por la noche en el que el malo de su inquietud en la cama tenía acento chicharrero. Alberto Moleiro volvió loco al lateral derecho y convirtió el Benito Villamarín en un tablao flamenco sobre el quebailarle al ex del Arsenal y Barça. Nueve regates satisfactorios dejaron el sello del 10 ante el Betis y para que Santi Denia se piense la próxima convocatoria de la sub-21 si darle más minutos de los ocho que le brindó en la anterior ventana internacional.

Después de la lesión que sufrió en agosto el tinerfeño en el amistoso contra el RedBull Leipzig y que le apartó de los terrenos de juego durante dos meses con las prisas por querer debutar en Primera, Moleiro ya está aquí.

Escorado al extremo izquierdo, donde García Pimienta le ha ubicado preferencialmente en las tres temporadas que ha dirigido, Alberto quiere más galones. Su desparpajo está cimentando su liderazgo en el equipo siendo el descodificador del estilo que mejor le viene a Las Palmas.

La verticalidad que ofrece Mole permite ganar metros con el balón conducido. La circulación de balón le permite progresar con él acompasando a sus compañeros y desarbolando las líneas defensivas de los rivales.

Debutó en Primera contra el Rayo hace un mes y provocó una expulsión en una de sus cabalgadas; tuvo media hora frente al Almería para confiar en el triunfo agitando a Mendes; firmó su primera asistencia en LaLiga para el primer gol al Atlético de Kirian y una jornada después el primer gol en la categoría con un zambombazo a la escuadra contra Osasuna.

Dejaba así una racha de una temporada entera sin haber marcado en Segunda. Se quitaba un peso de encima en competición liguera, aunque ya dos semanas antes había conseguido batir al Manacor en Copa del Rey.

Todas estas acciones, además de la actuación sobresaliente en el pasto del Benito Villamarín llegaron jugando de extremo, un habitat en el que él asume y no pone pegas, aunque no deje de transmitir que le gustaría jugar más centrado y desplegar así su visión de juego periférica.

«Si a mi me dan a elegir prefiero jugar como mediapunta», trasladó en el postpartido a micrófonos de DAZN, un mensaje que viene reiterando cuando se le pregunta por su predilección. Así también contestó a este medio el 27 de agosto de 2022: «Es verdad que me siento más cómodo como interior, si juego por dentro puedo asociarme mejor, que es algo que creo que está en mis cualidades. Si siento más libertad, como contra el Málaga –cuando dio dos asistencias– estoy más cómodo».

El viernes frente al Getafe se le plantea una nueva incógnita a Pimienta sobre si reubicar a Moleiro como interior y ganar una posición más para el extremo izquierda con un Sandro también notable en el Villamarín y llamando a la puerta de la titularidad. Para ello, Kirian tendría que dar un paso al pivote. Más verticalidad.