La contracrónica de un Getafe - UD Las Palmas increíble: 'Pimientina' y resiliencia bajo el diluvio

Seis goles. Treinta disparos. Dos palos. Dos estilos antagónicos y una oda a la locura en el cementerio del Coliseum. El estreno realizador de Sandro Ramírez y Sergi Cardona. Un punto y un vencedor moral. De la verbena de la Paloma al efecto demoledor de la Pimientina que casi levanta un 3-1 bajo el diluvio universal. García Pimienta dio la vuelta a un partido terrorífico, que en el descanso era un funeral.

De un desastre defensivo de manual -tres tantos recibidos tras tres despistes- a acariciar el 3-4 con un lanzamiento de Sandro Ramírez al travesaño. La UD mostró dos caras, la más grotesca, al más puro estilo del Civitas Metropolitano, y luego se dio un baño de épica. Curiosamente, con los mismos jugadores, ya que a la hora de partido, con la entrada de Campaña y Marvin Park, el resultado ya era de 3-3. El mérito del estratega amarillo reside en su ejercicio de fe.

El plan que le llevó al bochorno, los tantos de Mata (11’), Greenwood (14’) y Maksimovic llegaron por una falta alarmante de intensidad defensiva, se convirtió en su arma de destrucción masiva. Las imprecisiones en la salida de balón provocaron el caos. Desde la fortaleza defensiva y un ritmo de vértigo, Sergi Cardona (50’) y Munir El Haddadi (57’) lograron una igualada que parecía imposible. Fue un pulso indescifrable.

El ‘síndrome Metropolitano’

Retrato de una descomposición. Centro lateral de Rico y Mata, sin marca, fusila a Álvaro Valles. La acción tiene su génesis en una pérdida y la línea de zagueros, Coco y Mika, tira mal la línea. El delantero azulino tiene tiempo de tomarse un café. Es el minuto 11. Los fantasmas del Cívitas Metropolitano -cinco goles en 72’- sobrevuelan el feudo azulino, donde nunca ha ganado la UD y fue la tumba de Paco Herrera y Paquito. Mata, que estuvo cerca de vestir de amarillo, se cuela por la espalda de Coco. Pero lo peor estaba por llegar. Error de Máximo Perrone en su entrega al costado derecho y Rico conecta con Greenwood. Lo hace de forma urgente, sin mirar. 

El jugador del Manchester United vuelve a esquivar la línea del fuera de juego, mal tirada (otra vez) por los centrales. En ese eslalom diabólico, se planta solo ante Álvaro Valles y define a la perfección. El esférico pegado a su bota izquierda, recorte y anota con la derecha. Es el minuto 14 de la contienda y explota la apocalipsis. El habilidoso extremo inglés ya había burlado la marca de Sergi Cardona en otro fotograma, en un serial de quiebros imposibles en el que dejó en mal lugar a Kirian.

Dos pérdidas groseras, dos goles. Bajo esta atmósfera de desastre, Sandro se sacó un remate imposible para alimentar la esperanza. Su estreno realizador con la UD en Primera en la jornada 27. Un señor gol, un tanto cinematográfico. Aquí radica el primer punto de fe. Pimienta mantiene a Sandro cueste lo que cueste (quince partidos jugados, doce de titular) y el tanto llegó en el minuto 980. Pero fue un espejismo. Con el once de gala y el estilo reconocible, los isleños seguían en modo suicida. 

Estreno goleador

El estilo reconocible y kamikaze ante el Atlético de Madrid (5-0). Y llegó el 3-1 de Maksimovic. Al filo del descanso, Mata levanta la cabeza y pone el balón al corazón del área. Nueva cadena de despistes. Desconcierto y Sergi Cardona se deja ir. Olvida la figura del ‘20’ de la formación de Bordalás, que se vio con un botín millonario: 3-1. Los madrileños, bajo la lluvia, completaron 28 faltas y fueron arrollados en el segundo acto. Nadie lo podía imaginar. Nadie daba un duro por la igualada. Aconteció con los mismos protagonistas del desastre del Coliseum. Y lo hizo con un realizador de estreno como Sergi Cardona, que se desquitó de su primer tiempo para el olvido.

Nueve goles encajados en las tres últimas jornadas (uno cada media hora) y la lluvia de críticas de los impacientes. El terror de las redes. Pimientina y un cambio brutal. Más intensidad, más furia y el tanto de Sergi Cardona. El lateral que acaba contrato en junio y estuvo cerca de firmar con el Atlético de Madrid. Moleiro, en la esquina del área, cede a Kirian. El artista de lo imposible filtra un pase de caviar a Mika Mármol. El zaguero conecta con Sergi en un gol imposible. Actores inesperados. Con el 3-2, llegó la confirmación. Algo había pasado en la caseta. Así lo detalló Pimienta en su comparecencia en las entrañas del Coliseum. «Habíamos hecho muchas cosas bien, pero hemos defendido con más agresividad en el segundo tiempo. Solo tenían que creer más en ellos, hacer lo que saben».

El ejercicio de fe. En el 56’, el pase de Javi Muñoz deja a Munir solo ante Soria. Define de forma exquisita. En once minutos, la UD escenificó su metamorfosis. Un milagro. Los señalados por el síndrome del Metropolitano se desquitaron a lo grande. Atesora mucho mérito esta reacción. El inmovilismo de Pimienta, que le pasó factura ante el Atlético así como una frase desafortunada, en esta ocasión, funcionó. Y pudo llegar la victoria en una oda a la locura.