Aunque han pasado más de dos años desde que el volcán de La Palma estallara y casi dos desde que dejara de arrojar material, las coladas de lava aún conservan calor, como lo prueba el vapor de agua que se forma al contacto de la lluvia fría sobre el malpais caliente. Este efecto brumoso se apreciaba este jueves perfectamente al circular sobre la carretera construida sobre las coladas que surgieron de la erupción del volcán Tajogaite.