El jugador del Fútbol Club Barcelona ha dejado por un día las botas de fútbol y se ha puesto el mono de piloto de rallies. El brasileño ha sido el copiloto del campeón del mundo Sébastien Ogier en un coche de 315 caballos por las carreteras de Monserrat. El jugador culé disfrutó de la experiencia y salió muy feliz del coche.