Lo de que en el Barcelona hay jugadores que son unos monstruos adquirió anoche un sentido más literal. Los azulgranas se disfrazaron por Halloween tras la victoria ante el Getafe y desde el vestuario hasta el aterrizaje en Barcelona, los culés demostraron que su sentido del humor está en perfecto estado de forma. No toda la plantilla sucumbió a la noche de los muertos. Iniesta parecía pasárselo en grande viendo a su compañero Dani Alves vestido de presidiario, pero él no se disfrazó. También se pudo ver a un Neymar con colmillos de Drácula muy contento con su indumentaria.