Es media mañana y la frutería de Khalifa Allouch está a pleno rendimiento. La clientela habitual entra y sale y a todos les llama por sus nombres. Quieren papaya de Gáldar y fresas de Valsequillosandías del Sur y tomates de La Aldeaaguacates de La Palma y ajos de Lanzarote, batata y papas del país. Todo reluce en las estanterías con el vigor de lo fresco. La pequeña tienda de Arenales, de apenas 20 metros cuadrados, se ha convertido a ese lado del barrio en la referencia para comprar productos de temporada.

Khalifa Allouch, que emigró de Marruecos a principios de los noventa, todos le llaman Khali en las proximidades de Triana. Allí, en la esquina de Cebrián con Perojo, montó en 2008 la frutería Tamara. El primer año pensó en cerrar porque le costó hacerse con el vecindario, pero a base de madrugar ha logrado un producto de calidad con el que ha fidelizado a sus clientes.

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