El tópico que asegura que hay medallas de plata que valen como las de oro se cumplió hoy, en sentido estricto, con el gimnasta canario Ray Zapata, que terminó en segundo lugar la final de suelo de los Juegos Olímpicos de Tokio exactamente con los mismos puntos, hasta la milésima, que el ganador, el israelí Artem Dolgopyat.

Ambos merecieron de los jueces una calificación de 14,933, pero siguiendo las reglas del desempate que rigen en la gimnasia, Dolgopyat quedó por encima gracias al mayor grado de dificultad de su ejercicio, 6,600 por 6,500 del español.