No hay camareros de cara al verano a pesar de la dureza con la que les ha golpeado la crisis del coronavirus. Es un trabajo muy sacrificado, con turnos interminables y muy precario. Por eso durante la pandemia, cuando estaban en ERTE, muchos encontraron trabajo en otros sectores, como la logística, la distribución o el sociosanitario. Desde las escuelas de hostelería ven la solución en profesionalizar el sector, y proponen condiciones y sueldos dignos en uno de los motores de nuestra economía.