«En el fondo esto es un concurso de belleza; los ganaderos traen a sus mejores animales y se preocupan de que estén lo más guapo posible», comentó ayer la veterinaria Tara Niño a propósito de lo blancas que lucían las ovejas, como recién salidas de la peluquería tras pasar por una lavadora con litros de suavizante.