Centenares de personas se adentran en la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana, a diario. El desértico paisaje se ha convertido en uno de los favoritos por los turistas para disfrutar de las puestas de sol. Sentados en los médanos más altos para gozar de unas mejores vistas, muchos de los visitantes desconocen las nefastas repercusiones que esta acción, en principio inocente, tiene para la Reserva.

Las Dunas, con casi 404 hectáreas de arena, fueron declaradas espacio protegido por primera vez en el año 1987. El Gobierno de Canarias otorgó al espacio la categoría de Reserva Natural Especial siete años después, en 1994.