Las llamas, que afectan ya a unas 9.000 hectáreas, obligan a cortar la autovía AP-7 y el AVE en el paso fronterizo de La Jonquera. El fuerte viento impide trabajar a aviones y helicópteros en la extinción. El consejero catalán de Interior, Felip Puig, reconoce que la catástrofe "desborda las capacidades de reacción" de los bomberos.