A pesar de las precauciones, el embate del mar ha sido en San Sebastián mayor de lo esperado, como demuestran los daños registrados en los cuatro puentes situados a lo largo del cauce del Urumea, tres de los cuales, emplazados río arriba, han perdido varios metros de sus barandillas. El Paseo Nuevo de San Sebastián ha sido otra de las zonas donde más han impactado las olas, que han destrozado parte del muro de piedra en el que han abierto huecos por donde se ha colado una gran cantidad de agua que se ha dirigido en forma de riada de más de un metro de altura hacia la Parte Vieja de la ciudad, donde ha anegado bajos, lonjas, garajes, locales y comercios.