En Lorca se intenta volver a la normalidad lo antes posible. Alrededor del veinte por ciento de los comercios, los que no sufrieron muchos daños, ya han reabierto. Rosa regenta una de una de las pocas panaderías que están funcionando. Para ella estos días hacer el pan es casi un deber. Otros comerciantes han entrado este lunes en su comercio por primera vez. Levantar la persiana del negocio es confirmar lo que ya temían: que lo han perdido todo.