Una autoescuela de Villadecans, Barcelona, acabó hecha amasijos de hierro y escombros cuando un conductor empotró su coche contra ella. Arancha, la propietaria, aún se pregunta cómo logró sobrevivir, ya que el vehículo entró hasta dentro.

Una autoescuela de Villadecans, Barcelona, acabó hecha amasijos de hierro y escombros cuando un conductor empotró su coche contra ella. Arancha, la propietaria, aún se pregunta cómo logró sobrevivir, ya que el vehículo entró hasta dentro.