Iba a ser una operación sencilla por un desprendimiento de retina. Pero Mikel González salió del quirófano ciego de un ojo. Empleado del Registro de la Propiedad, leer letra pequeña hoy le exige un enorme esfuerzo. La causa: una partida tóxica de un producto utilizado en intervenciones oftalmológicas, que le provocó una necrosis irreversible en el nervio óptico. Es uno de los al menos 6 afectados operados en el Hospital Donostia, que han denunciado al Servicio Vasco de Salud y a la distribuidora del producto en España. Pero hay más casos. Al menos, 30. En Aragón, Comunidad Valenciana, Canarias y Andalucía. Fabricado por un laboratorio alemán, la Agencia Española del Medicamento retiró este producto del mercado el pasado 26 de junio.