Desde hace un año, María sigue un tratamiento experimental en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid. “La investigación es lo que ha hecho mejorar el pronóstico del cáncer infantil en España de manera radical”, nos explica Alba Rubio, que es su doctora y la responsable de los ensayos clínicos precoces de este centro sanitario pediátrico. “Para saber de forma rápida si un fármaco es bueno, continuar y que lo utilicen todos los niños posibles. Y si un fármaco no es bueno, eliminarlo de la investigación lo antes posible y no perder tiempo”. Porque apremia y se trata de sobrevivir e ir incluso más allá. “Es que no sólo hay que curar, hay que curar bien”, apunta el jefe del servicio de oncología de este centro referente, el doctor Luis Madero. Y no podemos dejar niños con unas secuelas que luego arrastren toda su vida”. “No solamente administrar un tratamiento, sino de acompañamiento; de compartir las incertidumbres, los miedos, las esperanzas”. Y ahí María es la mejor. Quería ser futbolista, pero como ella misma nos reconoce “ahora quiero ser médico oncóloga para curar a los niños que están como yo”. De momento, lo que ya está consiguiendo es el apoyo de mucha gente. Desde su equipo, el Unionistas de Salamanca, al que sueña con jugar, el Atlético de Madrid. Un atlético, el torero Gonzalo Caballero, se está volcando y con él ha ido abriendo puertas grandes. Y no hay rivalidad. Todos juntos, solidaridad y recursos para la fundación de investigación biomédica del hospital. “La sociedad civil tiene que entender que es un problema de todos y que cuanto más aporte, es probable que seamos capaces de devolverle casi la curación de todos los niños”. ¿Una oportunidad? La corrida benéfica de este sábado 23 de marzo en Las Rozas (Madrid). O el concierto que habrá después. Para que #LaSonrisaDeMaría y la de todos los niños con cáncer siga ganando vida.