Un amanecer peculiar el que se vivió este jueves en el Cruce de Arinaga, en el municipio de Agüimes. Desde el Alto de Las Crucitas situado a 270 metros de altura se pudo divisar cómo un atípica neblina se adentraba en el barrio, entrecruzándose con los molinos de energía eólica de la zona, lo que le dio un aspecto más propio de los que se narraban en El Quijote, que del sureste grancanario.