Curiosa situación la que se ha vivido durante un atraco en una sucursal bancaria de Toledo. El atracador encañona a una empleada. A punta de pistola, le obliga a entregarle el dinero de la caja fuerte y después le pide que limpie con un trapo los muebles para borrar las huellas. Días después, el ladrón intentó repetir el robo disfrazado con una peluca.