La decisión de un tribunal francés de condenar a las autoridades a pagar una pensión de 800 euros a una mujer por tener alergia al wifi ha alimentado la discusión respecto a este trastorno. La OMS no ha identificado cuáles son los síntomas específicos de esta dolencia y empresas de telecomunicaciones y parte de la comunidad científica han recurrido la decisión, asegurando que las ondas electromagnéticas artificiales no son perjudiciales para la salud.