La sección quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife acogerá esta semana los juicios contra dos hombres que acuchillaron a sus parejas y contra otro que la estranguló, haciéndola perder el conocimiento.

En los dos primeros casos, la Fiscalía pide para los acusados penas de 18 y 15 años de prisión por sendos delitos de homicidio en grado de tentativa, y en el tercero, cuatro años por el mismo delito, en concurso medial con el de allanamiento de morada.

Será el miércoles cuando se siente en el banquillo de los acusados un vecino de Icod quien, según se recoge en el escrito de acusación, acuchilló en el abdomen a su pareja, que en esos momentos estaba en el baño, después de que le dijera que rompía con él.

Le dijo que "no iba a salir viva de casa".

Ella intentó huir pero el acusado la interceptó y le asestó otra puñalada en la zona abdominal.

Aprovechó la indefensión de la víctima para preguntarle por sus datos bancarios y tras obtener la información que pretendía, le hizo un tajo en el cuello que no llegó a afectar a zonas vitales.

Creyéndola muerta, tras darle varios golpes y comprobar que no se movía, abandonó el domicilio y sacó del banco 3.000 euros antes de ser interceptado en una gasolinera de La Laguna.

El jueves y el viernes está prevista la celebración del juicio contra un varón de origen nigeriano quien, supuestamente, acuchilló a su pareja en el domicilio familiar, en Santa Cruz de Tenerife, después de que ella le manifestara su intención de poner fin a la relación sentimental.

El acusado, según el Ministerio Público, fue a la cocina y cogió un cuchillo de 15 centímetros de hoja, que clavó a la víctima en el pecho izquierdo mientras le decía que "no se iba a ir con otro".

Los gritos de la mujer despertaron a los niños que ambos tenían en común, quienes presenciaron cómo su padre acuchillaba a su madre mientras ésta intentaba escapar de casa, sin importarle a aquél las súplicas de los pequeños para que depusiera su actitud.

La mujer llegó al rellano y allí el acusado le hizo un corte en el cuello que le alcanzó la arteria carótida, que rompió parcialmente, lo que la hizo caer al suelo y sangrar de forma abundante.

El acusado, convencido de que la había matado, se marchó llevándose consigo a la hija menor.

Su hermano pidió a una vecina que llamara a la policía porque su padre había matado a su madre.

El procesado, que ocultó el arma homicida sin que hasta la fecha haya sido recuperada, regresó al cabo y le reprochó a su pareja su supuesta decisión de mantener una relación con otro hombre.

Abandonó el lugar definitivamente a requerimiento de los vecinos que auxiliaban a la víctima, quien hubo de ser intervenida de urgencia y aún no se ha recuperado completamente.

El primero de los juicios tendrá lugar mañana y será contra un vecino de Güímar que supuestamente entró por la fuerza en el domicilio de su expareja y la abordó cuando dormía junto con su hijo. Se encaramó sobre ella y le apretó con fuerza el cuello.

A pesar de los ruegos del niño de que parara, el acusado la arrastró por los pelos, la empujó contra la pared y la golpeó con el teléfono móvil de la víctima, que le había arrebatado para asegurarse de que no tuviera "posibilidad alguna de pedir ayuda".

Mientras la golpeaba con el móvil le decía: "ahora no puedes pedir ayuda", y continuó apretándola del cuello hasta que aquella perdió el conocimiento.