En sólo dos años han llegado a Canarias 46.000 inmigrantes africanos a bordo de cayucos y pateras, lo que ha convertido a las Islas en el principal punto de entrada de la inmigración ilegal vía marítima de toda la UE, por encima de otros lugares tradicionalmente calientes como el Estrecho de Gibraltar, el sur peninsular, Malta, Sicilia, Lampedusa o el sur de Italia.

Hace exactamente dos años, en marzo de 2006, se produjo la primera crisis de los cayucos con la arribada de 2.120 inmigrantes en sólo 30 días. Veinticuatro meses después, gracias sobre todo a la multiplicación por cuatro de los medios de control y vigilancia y, sobre todo, al aumento y a la eficacia de las repatriaciones, unos 10.000 inmigrantes expulsados desde Canarias sólo en 2007, la llegada de pateras y cayucos se ha reducido notablemente. Sin embargo, nadie baja la guardia.

Fuentes policiales próximas a la Guardia Civil y conocedoras del despliegue del Frontex en la costa africana han confirmado que las razones que empujan a los jóvenes subsaharianos a la emigración no sólo se mantienen sino que se recrudecen. Así, por ejemplo, el Programa Alimentario Mundial de Naciones Unidas ha advertido de que el Sahel y más concretamente Mauritania, país de tránsito de buena parte de los inmigrantes que llegan a Canarias, se enfrenta a una seria crisis alimentaria este año, que se agravará de modo especial a partir de mayo y julio, debido al aumento de los precios del cereal.

De igual modo, los expertos han advertido que la crisis económica de Senegal, lejos de solucionarse, está provocando notables incrementos del paro que afectan de manera especial a los más jóvenes, lo que no hace sino estimular sus ansias por marcharse a Europa en busca de un futuro mejor.

REPATRIACIONES. Desde que a mediados de los años noventa comenzara la llegada de pateras a Canarias, sólo el efecto disuasor de las repatriaciones en combinación con el incremento de la vigilancia en la costa africana, que comenzó en Marruecos en 2004 y se fue extendiendo por todo el litoral del continente, ha logrado poner freno a este fenómeno.

Así, las cifras de llegada de inmigrantes en cayucos y pateras a las Islas fue de 31.859 personas en 2006, 12.478 en 2007 y en los tres primeros meses de 2008 han sido 1.702, lo que certifica que las medidas puestas en marcha han dado sus frutos, pero también que las Islas se confirman como el lugar más atractivo para intentar burlar por vía marítima las fronteras de la próspera Europa.

Después de Canarias se sitúan las costas italianas, a donde llegan cada años unos 20.000 inmigrantes si se suman las islas de Sicilia y Lampedusa y la parte sur continental, cifras que, sin embargo, no superan las canarias de los últimos dos años. Otro punto caliente de llegada de inmigrantes es la pequeña isla mediterránea de Malta, pero allí tan sólo llegaron unos 3.500 africanos en dos años. De igual modo, en la zona del Estrecho en 2006 y 2007 fueron interceptados 16.634 inmigrantes y entre Ceuta y Melilla 3.553, también muy lejos de las más de 46.000 personas interceptadas en esos mismos dos años en las costas de Canarias.