- ¿Cree usted que el ramillete de medidas anticrisis del Gobierno de Canarias va a servir para algo?

- Yo creo que el diagnóstico es muy sencillo. Hay dos actuaciones de urgencia, una para que el dinero fluya de nuevo y otra para atender a la población más castigada por la crisis. A eso hay que dedicar todos los recursos y dejarse de más historias.

- ¿Y eso es todo?

- Eso es medicina de urgencia, como cuando un señor tiene un accidente y entra por la puerta del hospital con destino a urgencias. No se puede estar pensando en los protocolos que se utilizan en la planta tercera y cuarta del hospital. La medicina de urgencia es otra cosa. Aquí tenemos un 26 por ciento de tasa de paro, que en algunas comarcas de Canarias es muy superior, y hay también un 43 por ciento de paro entre los no comunitarios, y eso es una realidad a la que hay que hacer frente poniendo los recursos que haga falta. Los que haga falta. Porque la gente tiene la costumbre de comer un par de veces todos los días. Eso es lo que están viendo los ayuntamientos todos los días. Y segundo: el sector financiero está muy tocado y hay que vehicular financiación. Eso son los dos elementos para atender de urgencia al paciente. Y todo lo demás ya lo arreglaremos.

- Ésa es la receta clásica, la que se está aplicando en EE UU y en la Unión Europea. Pero tengo yo la sensación de que en Canarias, en vez de aplicar la receta tradicional, aceptada, estamos con brujerías y santerías. Hemos entrado en el reparto de alimentos a punto de caducar, las primas en el tramo autonómico del IRPF a los parados… son medidas sin mucho recorrido.

- Efectivamente, no hacen falta muchas medidas: lo que hay que hacer es invertir y sostener a los que no tienen recursos. Y dejarse de hacer más cosas raras con los impuestos o con las retribuciones de los funcionarios…

- Aclare usted eso…

- Los gobiernos tienen que decirles a los funcionarios que no va a haber incrementos retributivos en los próximos años. El sector público dispone de mucho menos dinero y tiene muchas más necesidades que cubrir. Hay que reducir el gasto corriente haciendo un esfuerzo extraordinario. Y ya está. No es la primera vez que se hace. Lo hizo Rajoy siendo ministro de Administraciones públicas, lo habló con los sindicatos y luego lo aprobó el Parlamento.

- Los políticos han comenzado a insinuar que lo peor ya ha pasado, que estamos a punto de ver la luz al final del túnel. Pero… ¿no tiene usted la impresión de que esto sigue tan oscuro como parece?

- Pues sí. Desde julio de 2007 todos los indicadores señalan sombras, nubarrones y zonas oscuras, a pesar de lo que algunos optimistas dicen por ahí, pues la verdad es que no se ve todavía ningún indicador que alumbre algo cómo vamos a superar esta situación.

- Rivero ha dicho que Canarias saldrá antes de la crisis. ¿Usted comparte esa opinión?

- No, no creo que Canarias salga antes de la crisis. La voluntad puede ser mucha, pero los hechos nos dicen que la situación en Canarias tiene algún plus de gravedad sobre la situación española, que a su vez tiene un plus de gravedad sobre la situación europea. Con una tasa de paro del 26 por ciento, esto no se va a reconvertir en poco tiempo. Es muy difícil reconducir la situación a la normalidad, mucho menos al pleno empleo, que eso es un sueño. Nuestra situación es mucho más complicada de lo que pasa, por ejemplo, en España.

- ¿Esa especial dificultad se debe a que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades?

- No, no es eso… Canarias ha aprovechado las posibilidades económicas que ha tenido y lo ha hecho relativamente bien. Si cogemos la línea del Atlántico desde Galicia hasta Sudáfrica, Canarias es la región de mayor renta económica quitando Lisboa. Eso quiere decir que hemos aprovechado nuestras posibilidades. Pero todo tiene un límite.

- Paulino Rivero se ha referido a La Palma en dos ocasiones calificándola de referencia de cómo ha de ser el modelo de desarrollo económico en las Islas.

- Pues yo lamento no estar de acuerdo con el presidente del Gobierno. De todas las islas, La Palma es la que puede sufrir la situación más grave en los próximos años, porque su renta está basada en una gran parte en el plátano. El plátano tiene un horizonte limitado, y no es fácil reconducir el plátano, mientras se produzca el nivel de subvenciones que hoy existen. Pero es que tampoco han decidido qué tipo de turismo pueden explotar, y sus actividades económicas tradicionales al margen de estos dos elementos, como era el tabaco, pues están en una situación en la que es muy difícil volver a la actividad. La economía de la isla tiene unas limitaciones muy grandes y la renta de La Palma puede sufrir grandes perjuicios en los próximos años. Desconozco qué ha llevado al presidente a decir esto, quizá para infundir optimismo, pero no veo ningún argumento que lo sostenga.

- Esta crisis ha afectado a la RIC de una forma importante, hasta el punto de cuestionar su viabilidad…

- Sí, la Reserva es un incentivo anticíclico. Consiste en embolsar beneficios para invertirlos luego, y siempre pensamos que el embolsamiento ayudaría en las situaciones de crisis. Pero la crisis actual tiene como epicentro el sistema financiero, y los bancos no dan financiación. Por eso las empresas ni pueden pagar el impuesto, ni pueden invertir. Y por eso uno de sus valores está en entredicho.

- Pero la reserva debe seguir manteniéndose…

- Pues yo creo que sí. En contra de lo que se suele decir por ahí, ha funcionado bien. Las empresas son más solventes que a principios de los noventa.

- ¿Tiene sentido una moratoria de la RIC, como hizo Soria? ¿No debería ser éste el momento para que se invierta?

- Por supuesto. Por eso el Ministerio se negó en redondo. No dudó ni un instante, dio una opinión tajante y con carácter inmediato, en contra de la moratoria. Porque la reserva es para ser invertida. Yo no quiero hacer valoraciones, pero estoy seguro de que el consejero de Hacienda sabía que el Ministerio no iba a pasar por ahí.

- ¿Y la inversión extranjera en Canarias? ¿Sirve para algo la ZEC?

- No hemos conseguido enganchar a empresas de renombre mundial que puedan ser significativas y hacer que otras empresas se instalen aquí. Nuestra actividad económica y nuestra posición geográfica no son muy atractivas, además de otros problemas como la falta de suelo industrial. Pero es que además Hacienda no tiene mucho interés en la ZEC.