El ministro de Economía, Comercio y Promoción Exterior de Guinea Ecuatorial, Pedro Ondo, visita Canarias para invitar a los empresarios isleños a participar en el desarrollo de la que fue hasta 1968 colonia española. "No podemos obligar a nadie a invertir en nuestro país", reconoce Ondo, "pero mientras otras potencias se nos acercan en busca de oportunidades, los industriales españoles se van a la quiebra sin apostar por los negocios que nosotros ofrecemos", señala el titular de Economía de la nación más rica de África.

-¿Tienen futuro las relaciones comerciales entre Canarias y Guinea Ecuatorial sin conexiones directas entre las dos regiones?

- Ningún futuro. Mejorar las conexiones marítimas y aéreas entre Malabo y Canarias es fundamental para garantizar el negocio. Además, con esa conexión directa habría más relación entre estas dos regiones tan próximas y con tantos vínculos históricos. No hay que olvidar que cuando un ecuatoguineano quiere salir de su país de vacaciones o a comprar elige Madrid o cualquier otra capital europea por comodidad. Un vuelo que puede hacerse en tres horas entre Malabo y Canarias lleva hoy en día casi diez porque tenemos que pasar obligatoriamente por Madrid. Espero que con la presencia de empresarios canarios en Guinea, las compañías aéreas se den cuenta de la importancia de esta conexión.

- Usted llegó el lunes a Canarias y parece que no recibió en el aeropuerto de Gando un trato "adecuado" a su cargo de ministro.

- La verdad es que no fue el más adecuado, teniendo en cuenta que nosotros recibimos muy bien a todo el que quiere acercarse a nuestro país. Tanto mi delegación, como yo mismo, tuvimos que vagar por el recinto aeroportuario sin ningún tipo de atención. Ya he mostrado mi enfado al presidente Paulino Rivero y presentaremos una queja formal al Gobierno de España.

- ¿Supone este hecho un nuevo escollo en las tensas relaciones que han mantenido durante los últimos años España y Guinea Ecuatorial?

- No lo creo. Espero que haya sido un hecho aislado porque somos conscientes de que el Gobierno de España está haciendo claros esfuerzos por restablecer unas relaciones que nunca debieron perderse. Es cierto que aún quedan nostálgicos a los que les interesa que entre España y Guinea Ecuatorial haya fricciones y un ambiente turbio. Todavía hay quien cree que esa falta de entendimiento entre dos naciones soberanas es beneficiosa.

- ¿A qué nostálgicos se refiere usted?

- A los que nos siguen enfrentando con bulos y críticas hacia el Gobierno de mi presidente, Teodoro Obiang. Creo, no obstante, que están perdiendo el tiempo porque desde Malabo vemos con mucho optimismo los pasos de acercamiento que está dando el Gobierno de España. El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, tuvo un gran gesto en su visita a Guinea al llevar con él a Manuel Fraga. Le puedo asegurar que a Fraga se le saltaban las lágrimas al ver los progresos que hemos dado tras la independencia. Lo que no es lógico es que España no valore las oportunidades de inversión que existen en una de sus ex colonias y que sean otros los países que se aprovechen. España debería liderar las inversiones de Europa en Guinea Ecuatorial.

- Ahora sólo queda que José Luis Rodríguez Zapatero se decida a visitar la ex colonia.

- En eso estamos. Guinea recibirá con los brazos abiertos a Rodríguez Zapatero y a todos los empresarios españoles que quieran colaborar con nosotros.

- ¿Puede convencerme de que las inversiones en su país son seguras?

- España y Guinea tienen un acuerdo para la protección de las inversiones. En mi país invierten muchas naciones y no entiendo por qué España ha considerado tanto tiempo a Guinea como zona de alto riesgo para la inversión. Nosotros no debemos ni un solo euro a las empresas extranjeras instaladas en nuestro territorio.

- También se cuestiona la legalidad del régimen de Obiang.

- Las puertas de mi país están abiertas. No se puede hablar desde fuera de torturas y de violaciones de los derechos humanos. Esas informaciones no nos hacen daño a nosotros, pero sí se lo hacen a los empresarios españoles que se las creen y que evitan asentarse en nuestra tierra. Se van a la quiebra sin probar las oportunidades que nosotros brindamos.

- No se puede quejar, es usted ministro de Economía de uno de los pocos países del mundo que no tiene crisis.

- Soy muy afortunado porque además veo que mi presidente tiene las ideas muy claras. Estamos levantando un edificio con los pilares muy sólidos que llevará al éxito nuestro programa de desarrollo. Todos están invitados a participar.