Orgullo fue la palabra que más repitieron ayer los cuatro intervinientes en el acto preelectoral del PSOE en el Auditorio Alfredo Kraus. Tan orgullosos de las siglas que hasta Rodríguez Zapatero saltó al ruedo mitinero, ante un público entregado, calificando la "oferta" del PSOE para la Presidencia del Gobierno, el Cabildo y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como "un triplete potente que para sí quisieran Mourinho o Guardiola".

Orgullo, al fin y al cabo, era lo que necesitan sentir los presenten para, desde ya, empezar a convencer al resto de la ciudadanía de cara a las elecciones del próximo día 22.

De José Miguel Pérez destacó el líder nacional de los socialistas su "credibilidad", de Carolina Darias "la capacidad de innovación" y la "veteranía y maestría" de Jerónimo Saavedra.

Claro que Zapatero llegó ya al recinto -novedad en las preferencias el PSOE, que hasta ahora se había venido decantando por el Centro Insular de Deportes y que descartó no fuera a pasar como horas antes en el pabellón lagunero de Santiago Martín donde quedó sin cubrir una tercera parte del aforo- ya con un conocimiento al dedillo de sus compañeros de 'púlpito'. Las cuatro horas de las que disponía entre mitin y mitin -por la mañana se celebró el de Tenerife- las llenó finalmente con una comida de 'confraternización'. A ella llegó el consejero de Agricultura y Ganadería del Cabildo y candidato a repetir en el cargo, Demetrio Suárez, cargado con un queso de Guía y una bote de bienmesabe.

No es de extrañar pues, que durante su intervención el presidente, en plena alabanza del buen hacer del galdense en la proliferación de mercadillos agrícolas de todas las latitudes de la Isla, anunciara una 'minicumbre' de representantes del sector primario en la Moncloa para que Demetrio diera ejemplo y, de paso, invitara a todos "con el queso más bueno que jamás he comido".

O que, rebosando de sensibilidad socialista, el candidato a la Presidencia acabara por mostrarle todo su apoyo. "Cuando de vayas te irás con la cabeza muy alta y yo estaré contigo y este partido estará contigo". Antes, no obstante, "yo estaré en la Presidencia y tú estarás conmigo". Toda una declaración de amor contagiada. Los presentes, en el escenario y en las butacas, más que compañeros de partido, militantes, eran puros fans. Gritos, piropos, aplausos atronadores era la respuesta cada una de las frases de Zapatero. Incluso la interrupción de una pareja de prosaharauis reclamando la intervención de España en el proceso -sucedió igual en Tenerife- sirvió para que, puestos en pie, arroparan al presidente.

Motivación no falta, desde luego, entre las filas socialistas por mucho que la crisis estuvo presente en los discursos de los cuatros intervinientes de principio a fin. En cualquier caso, por si había dudas de que los ánimos fueran a estar enhiestos, la organización se dedicó, desde media hora antes de que el secretario general y los candidatos bajasen por la escalera principal, a amenizar el encuentro con todo tipo de canciones poperas de hoy y de siempre. A algunas, por cierto, algún malpensado les podía haber buscado el doble sentido. Sonó, por ejemplo "I never can say goodbye" (Nunca podría decir adiós).

Motivación, pues, no faltó. Ni la manifestación apoyando a losa saharauis en la puerta o los gritos dentro, ni la decena de vecinos de Ojos de Garza con camisetas reclamando que "se acaben con las mentiras", ni en La Laguna los jóvenes vestidos con camisetas con el número de parados les desanimó. Al contrario, cuanto más guerra mejor y cuanto más se metía el presidente con el Partido Popular y sus líderes pues más motivados.

Y referencias a los populares hubo, y muchas. Por ejemplo, Zapatero instó al PP a callar en relación con las últimas críticas Televisión Española: "critica la pluralidad y la independencia de la televisión pública el partido que tuvo a Urdaci y que gestiona Telemadrid y Canal Nou, que son el ejemplo más bochornoso de falta de pluralidad y de respeto a la independencia de los profesionales"; y metió directamente el dedo en el ojo a Aznar quitando interés a sus críticas diarias y asegurando que "después de escuchar lo que piensa de Gadafi, es comprensible lo que piensa de nosotros los socialistas".