Además de intentar demostrar su inocencia en los tribunales, a Casimiro Curbelo le ha surgido otra labor inaplazable. Él lo es todo en el socialismo gomero. De tal modo que los ataques que recibe los sienten todos sus colaboradores en carne propia. Más si los misiles se lanzan desde la madrileña calle Ferraz, es decir, desde el propio partido que todos ellos han ayudado a consolidar en la isla colombina. El malestar de los barones socialistas gomeros con la Ejecutiva Federal del PSOE no es disimulable.

Ese incendio lo tendrá que apagar Casimiro Curbelo, que ayer lunes rechazaba hablar ante cualquier micrófono. "Ya haré declaraciones cuando lo estime oportuno", señaló.

Por la mañana se había convocado una rueda de prensa. En ella los correligionarios más cercanos de Casimiro estaban dispuestos a echar un órdago a las máximas instancias del partido. "Si se condena a nuestro jefe sin ni tan siquiera escucharle, aquí están nuestros cargos y que Valenciano, Blanco y Rubalcaba hagan con ellos lo que mejor les parezca", era el mensaje previsto.

El propio Casimiro tuvo que intervenir para hacerles ver que no era buena cosa generarle un enfrentamiento total y abierto contra el PSOE madrileño. Inteligente. Menos duelen los golpes de tres, que los de un aparato entero.

Pasadas las diez y media, comparecía ante los medios el consejero del Cabildo de La Gomera Gregorio Medina para informar del aplazamiento sine díe de la cita.

Entienden los socialistas gomeros que Casimiro está sirviendo de ariete contra el PP. Las palabras de Valenciano no les quitan razón: "Nosotros no tenemos ningún empacho en condenar la actitud del senador Curbelo, todo lo contrario, creemos que hace daño al PSOE", dijo la socialista, según recogió Efe. Y para dar más razón a la llama que prende en La Gomera, añadió que le gustaría "escuchar algo parecido en las filas del PP respecto a algo que sí que es grave", el juicio a un presidente autonómico al que, sin embargo, desde el PP sólo se escuchan "apoyos". Referencia directa al presidente valenciano, Francisco Camps, y sus líos de trajes. No gusta en el socialismo gomero que sea su caudillo el cromo con que Ferraz da ejemplo de pureza. No gusta que se le compare con quien tiene un proceso avanzado que le sentará en el banquillo, cuando Casimiro aún no sabe ni en qué juzgado tendrá que defenderse.

Con su renuncia al escaño de senador, Curbelo ha puesto fin a una trayectoria de quince años como único representante de la isla de La Gomera en la Cámara Alta, donde sin embargo no ha tenido mucha actividad parlamentaria, sobre todo durante los últimos ocho años. Le sucederá la también gomera Carmen Nuria Gámez Vera.