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Lucas Bravo presiona a su padre hasta el final

El consejero de Deportes queda en una posición comprometida tras el cambio de su progenitor

Lucas Bravo de Laguna, secretario general del PP de Gran Canaria y consejero de Deportes del Cabildo, presionó hasta última hora a su padre para que no abandonara el partido y, sobre todo, para que no se enfrentara en las urnas a sus actuales compañeros del gobierno insular, una situación insólita que perjudica las expectativas electorales de ambas partes y pone en peligro la propia carrera política del hijo.

Como número dos de la organización en la Isla, Lucas Bravo aspira a ocupar una de las primeras posiciones en la candidatura del PP al Cabildo y así se lo ha comunicado al partido, además de garantizar su lealtad a las siglas y de desmarcarse de forma pública de la nueva aventura política de su progenitor. Sin embargo, el fracaso en las negociaciones con su padre para que siguiera en el PP, o al menos para que no dañara su imagen ante las complicadas elecciones, ha debilitado su posición en el partido.

Según aseguraron ayer fuentes del PP, la candidata al Cabildo, Mercedes Roldós, aún cuenta con Lucas Bravo para formar la lista electoral, pero "previsiblemente tendrá que conformarse con un puesto similar al que ocupó en los comicios del año 2011". En aquella ocasión figuró en la sexta plaza.

En su doble condición de dirigente del PP y consejero del Cabildo, y también en interés de su propia supervivencia política, Lucas Bravo intentó convencer a su padre desde que lanzó las primeras insinuaciones de ruptura. Al principio, José Miguel Bravo de Laguna se limitó a declarar que estaba "disponible" para volver a encabezar la plancha del Cabildo, pero que iba a respetar los acuerdos del PP sobre las candidaturas y no iba a hacer "daño" a la organización.

Cuando se filtró que la candidata preferida de la cúpula del PP era María Australia Navarro, el presidente insistió en que él estaba dispuesto a seguir y nunca dio por hecho que estaba descartado para encabezar la lista. La proclamación de Mercedes Roldós ya le obligó a cambiar el discurso y a revelar que podría buscar otra alianza electoral que le permitiera volver a presentarse al Cabildo.

Lucas Bravo, según las misma fuentes, fue uno de los consejeros insulares que acudió el pasado domingo al domicilio de su padre para intentar convencerlo de que no abandonara el PP, pero fue ahí precisamente donde todos se dieron cuenta de que el presidente ya había decidido seguir adelante con su nuevo proyecto. Las presiones de Lucas Bravo y de otros dirigentes del PP se mantuvieron hasta ayer mismo, pues José Miguel Bravo continuó poniendo condiciones para no irse mientras amarraba el acuerdo con los nuevos socios de Compromiso y Ciuca.

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