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Entrevista. Presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas

Luis Ibarra: "La marcha de MSC hubiera supuesto el fin del Puerto que conocemos"

"Terminamos la tercera fase del Nelson Mandela con un 20% de ahorro con respecto al precio de licitación", señala el presidente

Luis Ibarra, en la sede de la Autoridad Portuaria. ANDRÉS CRUZ

¿Qué va a significar el acuerdo cerrado el viernes entre la naviera MSC, el sector de la estiba y la Autoridad Portuaria?

Pues yo creo que lo definió muy bien Miguel Rodríguez [coordinador Asociación Sindical de Estibadores Portuarios] diciendo que ya se acabó la época de las zancadillas en el Puerto, y es la primera vez que se logra un acuerdo global entre las empresas, los estibadores y la Autoridad Portuaria. Ahora se trata, nada más... y nada menos, de vender nuestro potencial y de trabajar todos en conjunto. Hemos logrado que MSC permanezca con nosotros. Teníamos el problema de que definitivamente se fuera, lo cual hubiera significado el fin del Puerto de Las Palmas, tal y como lo conocemos. A partir de ahora, tenemos la fortaleza suficiente para demostrar que somos un puerto competitivo y relanzar el tráfico de contenedores.

Usted ha estado en el proceso de negociación con la naviera, viajó a Ginebra...

En la primera parte...

Exacto. ¿Qué cree que ha sido lo más difícil para conciliar las posturas? ¿Quién ha cedido más?

Yo creo que en este último acuerdo [el del pasado viernes] los estibadores han tenido una postura muy significativa de rebajas, basadas en próximos tráficos a recuperar, que es el objetivo que tenemos. Pero hay que dejar claro que, en el acuerdo de enero, quienes tuvieron el sentido común necesario fueron las empresas estibadoras, por asumir la deuda histórica que tenían con la Autoridad Portuaria de 14 millones de euros y diferirla en los pagos correspondientes, además de retirar todos los recursos, porque, evidentemente, sabían que la única forma de mantener el Puerto era olvidarnos ya de etapas negras, que duraron muchos años y en los que hubo demasiados conflictos. Teníamos una estiba que no era ejemplo para nadie, no hablo de los estibadores, ni de empresas, sino en general, de la estiba; y hemos pasado a un sector totalmente responsable en los últimos meses. A pesar de que se están negociando entre España y Europa los nuevos modelos, lo que ha demostrado el Puerto de Las Palmas es que estamos por delante del resto y MSC apuesta por el actual sistema que hemos logrado.

Para que vengan los famosos magabuques que está construyendo MSC, el Puerto va a tener que cambiar su morfología...

Sí, MSC está construyendo ahora mismo 40 grandes portacontenedores, que van a cubrir la ruta este a oeste, con lo cual irán desplazando los que tiene ahora mismo de 14.000 o 12.000 TEUs. Esos serán los que terminarán viniendo a Las Palmas, lo que nos obliga a hacer una de las últimas obras que tenemos pendientes, que es una pequeña ampliación del Reina Sofía. Estaba previsto que este dique creciera un kilómetro más de lo que se hizo. Realmente, al haberse acortado esa obra, dentro del Puerto todavía hay movimientos significativos del mar, por eso se hizo el famoso contradique sur, que no se terminó de hacer porque se encontró un pecio. Bueno, toda esa problemática conlleva que en el naciente de Opcsa hay días en los que hay movimientos y eso dificulta la tarea de carga y descarga. Nosotros tenemos que solucionar ese problema con la obra en el Reina Sofía.

Hablando de obras, ya está finalizada la tercera fase de la ampliación de La Esfinge o Nelson Mandela...

Sí, los datos son muy positivos, y la queremos poner en valor con respecto a la segunda fase y todos los problemas que ha creado. Se licitó por 28 millones de euros, el 10 de septiembre de 2013, y la adjudicamos por 20,5 millones. Se recepcionó 19 meses después, es decir, dos meses antes de lo previsto, y la liquidación fue de 1,7 millones de euros, con lo que, al final, gastamos 22,2 millones. Eso supone un 20% de ahorro con respecto a lo previsto. Y eso que la empezamos con cierto retraso en la adjudicación, porque no la podíamos sacar hasta que no tuviéramos los informes favorables de la segunda fase. Teníamos que saber realmente qué sustentaba la tercera fase, porque la segunda se comió parte de la siguiente. Luego, una vez que tuvimos los informes y Puertos del Estado nos dio el visto bueno, la iniciamos y, al final, como le he dicho, la hemos terminado con una reducción de un 20% sobre lo que se adjudicó. Es un ejemplo de que las obras en el Puerto, a pesar de la fama que tiene por los problemas de la segunda fase, se hacen con eficiencia.

En cuanto a la segunda, ¿qué se encontró cuando llegó en 2011?

Cuando llegué no sabía en qué estado se encontraba la obra. Sabía que había unos problemas en la recepción, que se había levantado el dique por encima de lo que había exigido Puertos del Estado, lo que nos ha obligado a tirar esta parte... A partir de ahí, con los propios escritos de la UTE, reclamándonos cantidades adicionales, y con investigaciones posteriores, hemos concluido que la obra fue un completo desaguisado desde el minuto uno. Para mí lo más inexplicable ha sido el traslado de una serie de bloques que estaban destinados para una obra, que se pagaron a esta constructora y que, posteriormente, se colocan en otra obra diferente, con fondos europeos, falseando, por tanto, las certificaciones de obra que se presentaron... O sea, un entramado del que nadie me informó cuando llegué y que hemos ido averiguando. Cuando ya tuve la certeza de la gravedad de estas actuaciones fue en octubre de 2013, que es cuando pedí a la Intervención General que auditara este contrato.

Ahora mismo el caso está judicializado, ¿qué espera usted de este proceso?

Espero que sea rápido y que el fiscal termine lo antes posible, aunque son temas complicados. Queremos llevar al siguiente consejo el cierre del asunto, desde el punto de vista administrativo. Al consejo queremos indicarle cuál es la cantidad de fondos europeos que Puertos del Estado dice que se van a perder y, por otro lado, cuánto habría que exigirle a la UTE que devuelva. Yo creo que el próximo viernes, que es cuando convocaremos el consejo de administración, ya tendremos la documentación necesaria. Si no la tuviéramos, tomaremos como base los informes contratados a empresas externas. Lo importante es que hemos ido siempre con informes de Puertos del Estado. Hemos contado con la Intervención y con consultoras externas y ninguna de las decisiones se han basado en la arbitrariedad, sino que han sido apoyadas unánimemente por el consejo.

¿Cree que llegará a tiempo el informe que está esperando de Puertos del Estado?

Espero que nos llegue esta semana. Los técnicos de esta casa han estado hablando con los de Puertos del Estado y les han indicado que los informes están prácticamente concluidos, por tanto, yo espero, y así lo manifestó el responsable de Puertos del Estado en el pasado consejo, que deberían estar para esta semana.

En la segunda fase de La Esfinge falleció un trabajador y el juez ha sentado en el banquillo al exdirector de la obra. ¿Cree usted que hay relación entre esta muerte y las irregularidades en la factura de la obra?

Lo peor que ocurrió en la obra de la segunda fase fue el fallecimiento de este trabajador. Y bueno, por lo que sabemos de la información que ha surgido, parece que este último cajón fue realizado por una de las empresas de la UTE que no era la habitual. Parece que hubo una vía de agua que, supuestamente, pudo originar el problema, pero no soy ingeniero para determinarlo, y hay que esperar.

¿Por qué recepcionó usted la obra si sabía que había irregularidades?

En relación con la pregunta anterior le diré que el cajón se hundió en marzo del 2011, la obra tenía que terminar en 2009. No existía ninguna prórroga, y la obra se terminó de pagar en 2010. Esa fue la realidad. La obra se recepcionó en 2012, primero, porque no teníamos constancia del traslado de los bloques, porque la recepción hubiera sido otra diferente. Y segundo, porque teníamos que recepcionarla con la información que teníamos, que eran irregularidades graves, pero no ilegalidades. Por lo tanto, se asumió la segunda fase, aunque ya se había puesto en conocimiento a Puertos del Estado, porque entendíamos que eran problemas administrativos, y también era fundamental ir terminando toda la operativa de la tercera fase, porque, sin ella, no podían darse el traslado de Armas o el proyecto Puerto-Ciudad... Era una obra que teníamos que recepcionar. Lo que pasa es que si hubiésemos sabido el tema de los bloques se hubiera hecho de otra forma.

Hay quien dice que no se hubieran perdido fondos europeos, que eso es una excusa...

Yo lo que espero es que Puertos del Estado nos remita el informe para que estas informaciones que están contaminando se desmientan. Todo el mundo entiende que si una obra no se ha hecho de acuerdo al proyecto original, y esas modificaciones no se han contemplado en el proyecto, la Unión Europea no lo paga. Es obvio que se van a perder fondos europeos, eso no hace falta discutirlo, lo que pasa es que es verdad que el retraso de Puertos del Estado en remitir esa información está sirviendo como coartada para que surjan este tipo de versiones.

Le tengo que preguntar por la relación con su antecesor en el cargo, Javier Sánchez-Simón, con el que hay un enfrentamiento público y notorio.

Él ha escrito ocho o nueve cartas, yo no he escrito ninguna. Lo único que tengo que decir es que nunca puso de manifiesto el problema de la segunda fase de La Esfinge, nosotros hemos intentado hacer las cosas con lógica y mantuvimos dos años el informe secreto dentro de la casa, pedimos los informes y hemos ido siempre de la mano. A partir de ahí, él ha intentado generar una ceremonia de la confusión sacando escritos. Nosotros estamos deseosos de que el fiscal termine la investigación para cerrar este capítulo. Nunca me ha gustado hablar de la herencia recibida, pero la que he recibido aquí ha sido bastante complicada.

Hablemos del acuario. ¿Diría que es la joya de la corona de su gestión estos cuatro años?

No, si tuviera que elegir, por orden, el logro del que me siento más orgulloso de haber sido partícipe es del acuerdo de la estiba, porque supone que no hay conflicto en ese sector, que es determinante para todos. Me siento muy contento del resto de los agentes, que han sido capaces de llegar a un acuerdo en cuatro meses. Me alegro de dejar un panorama que va a ser muy interesante en el futuro. Luego, el traslado de Armas, porque los canarios tendremos un muelle para estar a gusto, con una zona de descanso. Además, el traslado supondrá liberar espacio en el muelle para la línea de atraque y va a concentrar toda la operativa de África en el Muelle de Las Palmas. Y en tercer lugar, el proyecto Puerto-Ciudad. Tiene una gran relevancia para la ciudadanía y es un refuerzo para el sector de cruceros. Va a posicicionarnos internacionalmente porque en ningún lugar del mundo hay una playa tan maravillosa al lado del Puerto, y eso hay que aprovecharlo. Nos queda poner una lonja para las cofradías de pescadores, el tema de las reparaciones de embarcaciones deportivas... Hay proyectos que no son tan relevantes como el acuario, pero dentro del contexto de generar un espacio de interacción Puerto-Ciudad.

¿Qué le parecen los proyectos de reordenación del entorno del acuario que propone Juan José Cardona, con traslado de naves del Puerto incluido?

Evidentemente, el objetivo que le gustaría a cualquier ciudadano de Gran Canaria es soterrar la autovía y que uno pueda simplemente cruzar de la zona del acuario a Las Canteras y el Mercado del Puerto, a través de un parque. Ahora bien, hasta que esto llegue, que no se sabe cuándo será, había que generar otras vías, como lo es la pasarela. Esa es la realidad a día de hoy. Mientras no se soterre la autovía, tiene que haber una separación física por una cuestión de seguridad. ¿Y qué hacemos con las naves? Pues es otra de las herencias que hemos recibido. Aquí hay que preguntar a las personas que posicionaron esas naves ahí. Era obvio que no se sabía que el proyecto Puerto-Ciudad iba a aparecer tan pronto, pero se conocía el potencial, porque es un espacio fronterizo. Lo lógico es que esas naves se hubieran instalado en el interior del Puerto. El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria coincidimos en que eso sea un espacio libre para la ciudadanía, con jardines, etc. Pero llevará tiempo, porque es una obra hecha con iniciativa pública, y si la Autoridad Portuaria decidiese eliminarlas necesitaría el visto bueno de Puertos del Estado y ello conllevaría una pérdida en el balance, porque hemos gastado un dinero y tirarlas supondría una pérdida. El objetivo, a medio plazo, es intentar recuperar ese espacio, pero cuando la autovía esté soterrada.

Le pregunté a él y le pregunto a usted. ¿Qué tienen Luis Ibarra y Juan José Cardona para haberse entendido tan bien, a pesar de pertenecer a partidos distintos?

¿Y él qué dijo?

Habló de talantes parecidos y de que comparten el mismo sentido de la responsabilidad.

Pues eso. Todos entendíamos la potencialidad del acuario. En un primer momento, nosotros teníamos en la cabeza hacerlo, porque en la casa había algún informe e incluso algún inversor que lo planteó hace años...

¿Un inversor?

Sí, en su momento, un inversor de Barcelona. Luego, la Autoridad Portuaria conoció a los Kiessling a través de Cardona, que nos los presenta en septiembre de 2012, y a partir de ahí nosotros planteamos la idea del acuario. Ellos no vinieron con esa intención en un principio. Se reunieron con Cardona previamente y él les planteó sitios para invertir... Ellos se fijaron en el Sanapú y a partir de ahí les hablamos del acuario para empezar a trabajar. Se trataba de poner sentido común. En Tenerife siempre se unen para los grandes proyectos, aquí estamos pendientes del color y eso es desperdiciar oportunidades. A mí me ocurre con el acuario como me pasó con el pabellón de baloncesto, he tenido la suerte de estar en la creación de dos grandes espacios que van a ser referentes en la vida social de la ciudad.

¿Se puede crecer más en el sector de los cruceros?

Aún estamos creciendo, aunque el objetivo no es tanto crecer, como consolidarnos como puerto base y, sobre todo, abrirnos a la temporada de verano.

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