El Comité Permanente de Coalición Canaria (CC) y la Ejecutiva regional del Partido Socialista Canario (PSC-PSOE) decidieron ayer comenzar a recorrer una senda que les lleve reeditar su pacto en el Gobierno de Canarias durante los próximos cuatro años. El frágil mapa político que dibujaron los comicios del domingo en varias instituciones señeras, como el mismo Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, impide explorar el terreno de los pactos en cascada en un sentido amplio, pero ambas formaciones están dispuestas a colaborar allí donde se necesitan mutuamente. De inicio, Nueva Canarias (NC) no está invitada al Ejecutivo regional.

Conversaciones previas

A la vista de los datos que aportaban las encuestas, socialistas y nacionalistas habían comenzado a hablar antes incluso del domingo. Desde que se conocieron los resultados de los comicios, el que será nuevo presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo (CC), mantuvo conversaciones telefónicas con la que será su vicepresidenta, Patricia Hernández (PSC), y con el secretario regional de los socialistas canarios, José Miguel Pérez.

Coalición tiene trabajo adelantado. En la tarde de ayer incluso designó a su equipo negociador. El PSC hará lo propio en los próximos días con el fin de iniciar cuanto antes los contactos que desemboquen en un acuerdo programático y un reparto del Gobierno canario que satisfaga a ambas partes. Durante las conversaciones se explorará la traducción que ese entendimiento tendrá en otras instituciones.

Isla por isla

Nacionalistas y socialistas se bastan con la matemática para conformar una mayoría suficiente en el Parlamento de Canarias. Suman 33 diputados autonómicos y rubricar un acuerdo bilateral no encierra amenazas que hagan crujir las cuadernas de la nave de gobierno a las primeras de cambio. La parte compleja radica en el estudio de la situación isla por isla persiguiendo el objetivo de cerrar el mayor número posible de pactos.

Ventajas

El punto de partida de mutuo entendimiento garantiza a los nacionalistas mantenerse al frente de los cabildos de Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote. Cierto es que en el caso de la última de las tres instituciones insulares, su presidente, que volvió a ser elegido para tal menester anteayer, Pedro San Ginés, prefirió arrancar hace cuatro años con la compañía del Partido Popular (PP). Sin embargo, aquel acuerdo no fue duradero y CC tuvo que apoyarse en el PSC, aunque tampoco en esa ocasión la luna de miel duró hasta el final del mandato. Iniciar de nuevo el camino de la mano de los populares es impensable tras el grave desencuentro entre ambas formaciones a cuenta de las prospecciones petrolíferas de Repsol.

En el nivel municipal, la concreción del pacto permitiría a los nacionalistas mantenerse al frente del Ayuntamiento de Puerto del Rosario a pesar de haber perdido la mayoría absoluta conseguida por Marcial Morales hace cuatro años.

Mayores preocupaciones

La máxima preocupación para CC se centra en dos de sus bastiones más sólidos: los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna. En el primero de ellos, los cuatro concejales que los socialistas pueden ofrecer a José Manuel Bermúdez no son suficientes para conformar una mayoría. Como mal añadido, resulta que entre el resto de partidos con representación en el salón de plenos de la capital santacrucera tampoco hay un caladero factible en el que pescar el edil que aporte la tranquilidad.

Peor todavía es constatar que si Bermúdez se decanta por los seis concejales populares, tendrá el camino expedito para regir otros cuatro años con total tranquilidad. El camino difícil, el que habrá de recorrer junto al PSC, le obligará a gobernar en minoría tratando de arrancar acuerdos a los populares para, por ejemplo, no encontrarse con la amenaza de tener que prorrogar los presupuestos.

En La Laguna, sin embargo, José Alberto Díaz (CC) no puede escoger una sola pareja de baile, lo que refuerza la seguridad de los socialistas de cara a estar en el equipo de gobierno y deja al alcaldable electo sin escapatoria; tendrá que gobernar en minoría.

El mismo caso, pero en dirección contraria, se da en la capital lanzaroteña. El PSC ganó en el Consistorio de Arrecife y la aportación que pueden hacer los nacionalistas no alcanza para cimentar un gobierno sólido. En círculos próximos a ambas formaciones se da por prácticamente seguro que se afrontarán los cuatro años, al menos en un inicio, en minoría.

Sin Nueva Canarias

Nueva Canarias (NC) cosechó unos resultados altamente positivos que, incluso, podrían hacer pensar en que CC y PSC tantearan al partido de Román Rodríguez para incorporarlo al Gobierno de Canarias. Sin embargo, NC es más útil a los segundos que a los primeros, toda vez que resulta improbable que su pata tinerfeña -Por Tenerife- sirva para consolidar el Ayuntamiento de La Laguna. Las diferencias recíprocas entre Santiago Pérez, máximo exponente de esta formación en el Consistorio lagunero, el socialista Javier Abreu y la nacionalista Ana Oramas aparecen como obstáculos insalvables.

La colaboración PSC-NC se tratará, por tanto, como un capítulo aparte. Si los socialistas necesitan de los nacionalistas para sumar una mayoría en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, estos últimos necesitan de los primeros para continuar mandando en Santa Lucía de Tirajana, donde perdieron la mayoría absoluta.

Los versos sueltos

Con lo que pueden contar antes de mantener el primero de los encuentros PSC y CC es con la especial idiosincrasia de islas como La Palma y El Hierro. Hace cuatro años, los socialistas palmeros y herreños ya pusieron en un brete el pacto al desoír a su Ejecutiva regional y cerrar pactos con el PP allí donde les fue posible gobernar de forma conjunta, lo que llevó a los palmeros de Coalición a exponer su rechazo a integrar una pareja en la que estuvieran presentes los socialistas.

Esos pactos contra la lógica y el uso políticos han reportado diferentes resultados a quienes los protagonizaron. En el Cabildo de La Palma, el PSC se ha convertido en primera fuerza y está en condiciones de volver a pactar con los populares. Por contra, en el de El Hierro, a Alpidio Armas (PSC) la misma estrategia no le funcionó de forma positiva. El domingo perdió dos consejeros y Belén Allende (CC), cuenta con grandes posibilidades de mantener la Presidencia de la institución insular alejada del ataque conjunto de socialistas y populares.

El 'plan b'

Durante la negociación, Coalición Canaria hará valer su posición de fuerza. Es la formación que más representantes obtuvo y puede tensar la cuerda, dado que con el PP y la Agrupación Socialista Gomera (ASG) de Casimiro Curbelo también sobrepasa los 31 diputados necesarios. Sin embargo, esa fórmula no es del todo válida y de llevar la situación al límite los nacionalistas podrían encontrarse con una quiebra de su grupo parlamentario ante el seguro rechazo de sus representantes por Fuerteventura.

El voto por correo

El próximo lunes comenzará el recuento del voto por correo. Tiene menos peso que antaño por la burocracia actual que se debe superar para poder ejercerlo, pero dilucidará dos cuestiones. Ciudadanos se quedó a menos de 1.500 sufragios de romper la barrera del 6%. "El voto proveniente de América está muy dirigido" hacia CC, advirtió ayer el sociólogo Armando Peña.

Sin embargo, "la emigración joven a Europa de los últimos años", puede tener importancia en el recuento final. Si Ciudadanos entra en la Cámara, CC y NC perderían sendos diputados. Más factible resulta que los socialistas arrebaten al PP un representante en La Palma; están a solo 42 papeletas de lograrlo.