Algo se mueve en el PP. El cataclismo electoral que recibió el domingo ha resquebrajado la disciplina de este partido, que quiere poner el contador a cero. A pesar de la debacle en los resultados en los comicios autonómicos y locales en toda España, el presidente, Mariano Rajoy, no pestañeó cuando el lunes rechazó cambios en el Gobierno y en el partido. Sin embargo, ayer se retractó. Cedió a la presión de los barones tras el revés en las elecciones que ha supuesto la pérdida de sus mayorías absolutas. En Canarias la organización ha sufrido un retroceso histórico, con 120.000 votantes menos que en la cita de hace cuatro años, y ha dejado de ser la fuerza mayoritaria en el Parlamento, al disminuir de 21 a 12 su número de diputados.
La escasez de recursos económicos de los Gobiernos autonómicos, la crisis y los casos de corrupción han llevado a la formación a un callejón cuya salida es desconocida. Canarias se ha visto revolcada por la ola nacional de castigo a estas siglas, el auge de partidos emergentes, la defensa acérrima de las prospecciones petrolíferas y la austeridad impuesta, entre otras causas. Voces populares en las Islas entonaron ayer el mea culpa y reconocieron que el PP tenía que haber luchado contra el crack económico "de manera mucho más progresiva y dilatada en el tiempo". "Nos empeñamos en arreglar el mundo desde que llegamos a La Moncloa y eso nos hace adoptar medidas que en muchos casos son impopulares y es verdad que arreglamos el país, pero a costa de entregárselo de nuevo a la izquierda", lamenta un cargo público.
Y mientras el enfado se extiende como la pólvora entre la militancia en el Archipiélago, que exige explicaciones y caras nuevas, diversos dirigentes llaman a la calma y a analizar los resultados en frío, incluso escudriñar qué ha pasado en cada mesa electoral. El hecho de que Podemos irrumpa en la Cámara autonómica y toque poder en algunos feudos de los conservadores, como Las Palmas de Gran Canaria, "no es fruto de la casualidad".
De ahí que un sector de la formación canaria insta a abrir un periodo de reflexión "profunda y serena" y cuestiona la desbandada de destacados líderes nacionales como el presidente valenciano, Alberto Fabra, la aragonesa Luisa Fernanda Rudi, y el balear José Ramón Bauzá, que han anunciado que no optarán a la reelección al frente del partido en sus comunidades. "Todo el mundo es responsable de todo y no vale escaparse y mirar para arriba", apunta una de las fuentes consultadas, que entiende que el partido debe revisar su imagen y las ideas que quiere trasladar para recuperar la confianza entre la ciudadanía ante las elecciones generales que están a la vuelta de la esquina, el 22 o 29 de noviembre.
Este mismo dirigente añade que "no se puede culpar a una sola persona de una derrota, al igual que tampoco sólo una persona es responsable de un triunfo". Considera que la desintegración del partido a nivel nacional "no es la solución ni el mejor camino". Y mientras diferentes líderes territoriales deciden abandonar la primera línea del PP, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, de momento sigue al frente del partido en Canarias que lidera desde el año 1999. Mañana el comité ejecutivo regional abordará los datos del domingo y se prevé adoptar decisiones para reconducir la situación. Miembros de este órgano esperan aparcar la rabia y poder intervenir "en un diálogo sincero y crítico para entre todos buscar un discurso que modifique la imagen y la percepción que los ciudadanos tienen de las medidas adoptadas por el PP".
Soria se ha mantenido fiel a Rajoy, pero la presión de barones del PP es máxima para que el presidente del Gobierno actúe ya. "El gran cambio se debe producir en el ámbito nacional", reiteraron ayer fuentes del partido en Gran Canaria, que estiman que "a lo mejor habría que abandonar cierto tono arrogante que puede haberse interpretado por parte de la gente en la forma en que se trasladaban los éxitos macroeconómicos". Además, abogan por "hacer equipo y fortalecer la cohesión interna". "No es momento de buscar estrellitas".
Igualmente, otras fuentes proponen realizar un esfuerzo mayor para "diferenciarse" ideológicamente de Podemos.
"Hay que analizar qué ha pasado y qué errores hemos cometido y las transiciones habrá que hacerlas de forma ordenada, no se puede tirar todo por la borda", planteó un alto cargo del PP, que hizo hincapié en que el batacazo de esta marca se ha producido en toda España: "quince días no se puede recuperar lo que ha ocurrido en tres años. Cuando los ciudadanos nos colocan en la oposición hay que empezar otra vez de cero, es duro, pero no nos queda otra".
