Algunos portavoces se encargaron ayer de recordar la evidencia de uno de los grandes fracasos de la autonomía canaria: la incapacidad de los partidos que han pasado por el Parlamento para cambiar el sistema electoral. 34 años después de la aprobación del primer Estatuto y 20 años desde que se impusieron una barreras electorales sin parangón en el mundo, la Cámara que debería representar la voluntad de los canarios vuelve a debatir si cambia o no el mecanismo vigente sobre la forma en que se articula esa representación política.
No sólo es Casimiro Curbelo, ahora erigido como casi exclusivo representante de los gomeros, el que deja claro que la triple paridad no se toca. Los diputados herreños y palmeros que integran Coalición Canaria también van por el mismo camino. David Cabrera, parlamentario por El Hierro, advierte que "hay que vivir y sufrir los problemas de los canarios de las islas menores para poder defender el discurso de que Canarias se defiende desde cada una de las siete islas". La Agrupación Herreña Independiente (AHI) defiende el actual reparto de escaños pese a las diferencias por la población con las islas capitalinas: "la circunscripción insular debe estar por encima de todo".
Por La Palma, el histórico dirigente Antonio Castro Cordobez asegura que el modelo electoral que ha imperado en Canarias ha servido para "fortalecer" la unidad del Archipiélago y que en el Parlamento nunca ha funcionado el voto por islas. Castro cree que, una vez que se reduzcan las barreras electorales, se solucionará buena parte de la polémica existente alrededor del sistema de representación en el Parlamento. "Este sistema ha permitido consolidar la unidad de Canarias, alejar el pleito insular y tener un Parlamento que piensa en todas las islas", añade. Castro defiende el equilibrio territorial existente en la actualidad, aunque reconoce que habrá que hacer "retoques" para que Fuerteventura, con más población, no tenga menos diputados que La Palma, cuyo crecimiento poblacional está estancado.
En el debate de ayer todos los grupos parlamentarios, menos Coalición Canaria y los gomeros de Casimiro Curbelo, defendieron la necesidad de introducir cambios en la triple paridad. En ese debate se medirá la verdadera intención de alcanzar un consenso de mínimos para no llegar a 2019 con más de lo mismo. En teoría se vislumbra un acuerdo para entonces que reduzca los topes electorales al menos a la mitad. Incluso puede que la circunscripción regional pueda ser una realidad siempre y cuando se apruebe la reforma del Estatuto.
Otra cosa es la tercera pata sobre la que se sustenta el modelo electoral: el predominio del territorio sobre la población. Para unos es cuestión de mera proporcionalidad, pero para otros les va la supervivencia política en ello y así lo dejaron caer ayer en el debate celebrado en la Cámara autonómica.
