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Informe de la OCDE

¿Cómo se vive en Canarias?

El canario está mal empleado y no destaca en logros educativos, pero vive con seguridad y calidad ambiental - España, el país en que existe mayor brecha entre regiones en bienestar

¿Cómo se vive en Canarias?

Medir la calidad de vida de una sociedad no es tarea fácil. Su PIB y la renta per cápita son los indicadores comunes básicos que ofrecen el primer retrato del nivel de bienestar de países y regiones, pero son insuficientes para detectar cuál es realmente la sensación de satisfacción de sus ciudadanos. Así al menos opina la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que cada dos años elabora su informe ¿Cómo va la vida? En él mide las diferencias y semejanzas en las formas de vida de sus países miembros, conjugando una decena de indicadores internacionales comparables. La primera conclusión del 2015 es que las preferencias de bienestar son muy similares entre los distintos países y regiones, con independencia de su nivel de renta, y que las diferencias de género también se diluyen en este ámbito: hombres y mujeres comparten las mismas prioridades.

Pero la conclusión más significativa es la existencia de una brecha entre las regiones de un mismo país: ciudadanos que, en un mismo marco socioeconómico, viven mejor o peor no solo por tener más o menos. Más allá de su capacidad adquisitiva, pueden ser débiles en áreas como la asequibilidad a la vivienda, la calidad del aire, el acceso a los servicios o en su compromiso cívico. En esta disparidad entre regiones, España está a la cabeza. De hecho es, junto al resto de países del sur de Europa (Portugal, Italia y Grecia), el área del mundo cuya calidad de vida ha sufrido una mayor caída en los últimos años.

Sin contaminación

Según esta comparativa internacional -que incluye además del informe la opinión de los ciudadanos a través de una herramienta de participación on line-, ¿cómo va la vida en Canarias? En pocas palabras podría resumirse así: económica y socialmente mal; bastante bien desde el punto de vista de la convivencia y envidiablemente bien en calidad ambiental. Es decir, las dificultades económicas en que viven los canarios en relación a la media española e internacional y sus carencias en cuanto a logros educativos, son compensadas por la alta calidad del lugar en que residen y la seguridad que ofrece.

El "lugar de residencia" es, según los expertos de la OCDE, "uno de los factores que más influye en la conformación de la vida del ser humano". Y a él vinculan la seguridad personal y la contaminación atmosférica, e incluso el acceso a los servicios básicos. Según estos criterios, el clima y el paisaje de Canarias son no solo atractivos esenciales para llenar las Islas de turistas, sino factores claves del bienestar de quienes residen en ellas.

En este indicador, el Archipiélago se sitúa a la cabeza de la relación de regiones españolas en calidad del aire, lejos por tanto de la contaminación atmosférica que está afectando a una gran parte de las regiones del planeta. Entre ellas las grandes capitales como París o Madrid, que has sufrido recientemente fuertes episodios de contaminación con un elevado coste en movilidad y salud para sus ciudadanos. En este sentido Canarias es, por el contrario, un lugar idóneo para vivir, situándose no solo en el primer puesto en buena calidad de vida ambiental de España, sino con una alta puntuación en relación al promedio mundial: 8,1 de 10, frente al 4,9 de media nacional.

Este es el único indicador en el que Canarias lidera la comparativa; en los ocho restantes índices regionales ocupa los últimos lugares en relación al resto de regiones españolas. Incluso en seguridad, en la que obtiene una alta nota (9,7) ocupa el undécimo lugar dentro de las 19 áreas españolas analizadas: las 17 comunidades autónomas y Ceuta y Melilla.

Poco participativos

En las cuestiones relacionadas con lo social, los datos sitúan a las Islas por debajo de las medias estatal e internacional. Y eso que España ya está, a su vez, entre los países con peor puntuación en educación y participación social. Así, el voluntariado es menos común en España que en la mayoría de los países de la comparativa: solo el 18% de su población confirma haber participado en acciones de voluntariado frente al 34,2% de media. Y además esta colaboración altruista está más vinculada a lo educativo y cultural que al ámbito de servicios sociales y la salud.

Respecto a lo que se denomina "logro educativo", España se ubica en los niveles más bajos de la OCDE: solo el 55,6/% de los españoles adultos en edad productiva terminaron al menos la educación media superior, en contraste con el promedio que se eleva al 77,2%. Las competencias de los adultos españoles en lectura y matemáticas también son bajas en comparación con los adultos de las restantes nacionalidades analizadas.

Al igual que el resto de españoles, los canarios tampoco destacan por sus logros educativos (3,4) ni por el nivel de participación social (3,8). Tampoco en acceso a la vivienda llega Canarias al aprobado: 4,1 frente al 6,2 de media nacional.

Pero donde cojea Canarias es, sobre todo, en los indicadores económicos. El trabajo, o más bien la falta de trabajo, su precariedad y baja remuneración media, le colocan en la franja más baja, en el 20% de áreas geográficas del mundo con serias dificultades laborales. Así, apenas llega al 0,6 en la puntuación del 1 al 10. Solo le superan Andalucía y Extremadura, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

El mapa de la desigualdad

Estas desigualdades regionales que se producen en España son "relativamente grandes", según destaca el informe, sobre todo en ingreso y empleo. Así, el ingreso familiar en el País Vasco casi duplica al de Canarias y Extremadura, por citar solo un ejemplo. Como otros diagnósticos de organismos internacionales, la OCDE ha vuelto ha constatar en 2015 que "la brecha entre los más ricos y los más pobres es, en España, considerable": la población que se sitúa en la franja del 20% superior en la escala de ingresos gana hasta seis veces más que aquellos ciudadanos que se encuentran en el 20% inferior. En términos de empleo, el 58% de las personas de entre 15 y 64 años tiene un empleo remunerado, cifra que se sitúa seis puntos porcentuales por debajo de la media. Pero no solo trabajan menos españoles que en el resto de países, trabajan también menos horas al año: 1.690 frente a las 1.771 de media.

En lo que concierne al ámbito público, España ofrece peculiaridades en relación a los países de su entorno. Tiene, por ejemplo, un sentido de comunidad más fuerte que la mayoría, pero niveles más moderados de participación ciudadana.

También en participación pública, el activismo medio de los españoles es menor. Acudir a las urnas da la medida de la confianza que los ciudadanos tienen en sus gobiernos y en el caso de España, el 69% de sus ciudadanos acudieron a las ultimas elecciones, registrando un porcentaje que se sitúa por debajo del promedio de participación electoral en los países de la OCDE (72%).

Sí llamó la atención de los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el hecho de que no haya diferencias significativas a la hora de ejercer su derecho al voto entre los distintos sectores que integran la sociedad española. La participación electoral entre el 20% de la población que ocupa el nivel superior de la escala de ingresos fue del 76%, mientras que la del 20% inferior llegó al 66%, diferencia mucho menor que la brecha promedio de la OCDE. "Esto sugiere", concluye el informe "que en España hay una amplia inclusión social en las instituciones democráticas".

En conclusión, la mayoría de españoles y canarios se sienten satisfechos ante la vida. Siete de cada diez afirma sentir más experiencias positivas un día normal (sentimientos de paz, de satisfacción, de plenitud o de gozo) que negativas (dolor, preocupación, tristeza o aburrimiento). Lo que pone de manifiesto que, como sostiene el diagnóstico ¿Cómo va la vida? De la OCDE, "el dinero no puede comprar la felicidad". Aunque más adelante puntualiza: "Pero es, sin duda, un medio importante para lograr estándares de vida más elevados".

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