El machismo y el lenguaje de género volvieron a colarse ayer en el debate político, lo que ya se está convirtiendo en algo cada vez más usual en el rifirrafe entre los partidos. No hay más que recordar la reciente crisis de gobierno en el Ayuntamiento de Telde y el desencadenante de la salida de Más por Telde del grupo de gobierno porque la alcaldesa, Carmen Hernández, llamó "machista" a Juan Francisco Artiles, hasta ese momento su concejal de Urbanismo. Ayer los diputados de Podemos protestaron por el tono y las formas utilizados por el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, con la portavoz parlamentaria de la formación morada, Noemí Santana.
Juan Márquez y la diputada de CC Elena Luis se enzarzaron en una discusión porque Clavijo utilizara "señorita Noemí" para dirigirse a la parlamentaria de Podemos. Los nacionalistas negaron este extremo y retaron a Márquez y Santana a que se vieran las grabaciones del pleno para demostrarles que Clavijo se dirigió siempre a la diputada como "señora Noemí". Y lo cierto es que el jefe del Ejecutivo no dice "señorita" sino "señora" una vez que se ve su intervención.
Pero no contenta con eso, Noemí Santana descalificó al presidente por su actitud "despectiva, paternalista y rozando el machismo" y le exigió que respetara a las mujeres al ignorarlas por no utilizar lenguaje de género.
La indignación se adueñó de la bancada nacionalista y la diputada Elena Luis exigió a Santana y Márquez que se disculparan con el presidente porque en ningún momento se dirigió a ella como el apelativo de "señorita".
Clavijo sí mostró su discurso más duro con la portavoz de Podemos, a la que acusó de no estudiarse los asuntos cuando habla en la tribuna del Parlamento, de estar mal asesorada y de faltar al respeto a la Cámara y a los ciudadanos.
Más allá del mayor o menor machismo con el que se tratan sus señorías, ahora que más de la mitad de los escaños están ocupados por mujeres, el presidente Clavijo está poniendo de moda el dirigirse a los portavoces como "señor Asier", "señor Román" o "señora Noemí", mientras que a los miembros del Gobierno los define como "compañeros". Puede gustar más o menos, pero lo más común en los usos del lenguaje parlamentario es dirigirse como "señor Antona" o "señora Santana" o, en el caso de utilizar los nombres, don Asier o doña Noemí. En definitiva, será cuestión de acostumbrarse a las nuevas formas de tratamiento del presidente.
