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Las familias de las saharauis retenidas quieren negociar en Tinduf su regreso

Los padres de acogida de Darya, residente en Tenerife, y otras tres jóvenes piden el apoyo diplomático del Gobierno central para viajar a los campamentos

Las familias de las saharauis retenidas quieren negociar en Tinduf su regreso LP/DLP

Ofensiva de las familias de acogida de las jóvenes saharauis retenidas en los campamentos de Tinduf para que puedan regresar a España. Cuatro de esas familias españolas -entre ellas la de la residente en Tenerife Darya Embarek-, comparecieron ayer por primera vez de forma conjunta ante la opinión pública para anunciar que preparan un viaje a los campos de refugiados en Argelia para negociar con las familias biológicas de las jóvenes, todas ellas mayores de edad y de entre 22 y 27 años. Lo quieren hacer en junio, implicando al Ministerio de Asuntos Exteriores del España y buscando también la participación de otras muchas familias que, aseguran, están en la misma situación pero que no se atreven a denunciarlo públicamente por miedo a que pueda perjudicar a las jóvenes.

La iniciativa del viaje necesita de la autorización del Gobierno de Argelia y del Frente Polisario como administrador político de los campamentos, razón por la que requieren a su vez la participación del cónsul de España en Argel para organizar el viaje y que se les permita la entrada en el territorio. El objetivo, según explicaron, es ver a Darya, Maloma Morales, Koria Badbad y Nahjiba Mohamed, y hablar con sus familias biológicas para que les permitan regresar a España si ellas lo desean.

Son los familiares y la propia organización tribal de los campamentos, por encima de las autoridades políticas, quienes obligan a las chicas a quedarse para recuperar su cultura, idioma y costumbres. "El Frente Polisario se doblega a las presiones de las tribus", aseguran.

Las cuatros familias denuncian la situación de pérdida de libertad de la chicas y la ineficacia del gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) para hacer respetar su deseo de regresar a España.

Las jóvenes vivían en territorio español desde su infancia, cuando fueron acogidas en el marco del programa 'Vacaciones en Paz', que permite a miles de niños saharauis pasar los veranos en España lejos de calor del desierto. El mismo programa posibilita, de común acuerdos con las familias biológicas, que las estancias se prolonguen por motivos de salud.

Las cuatro fueron retenidas en Tinduf durante el último viaje que cada una de ellas realizó a los campamentos. Sólo una de ellas, Maloma Morales, tiene nacionalidad española ya que fue legalmente adoptada, pero tanto ella como sus compañeras han expresado públicamente en distintas ocasiones su voluntad de regresar y recuperar su vida anterior junto a las familias de acogida.

Maloma viajó a los campamentos el 5 de diciembre de 2015 acompañada de su padre adoptivo y desde el 25 de ese mes su familia en España no ha podido contactar con ella. El pasado 22 de abril las fuerzas de seguridad del Frente Polisario intervinieron para liberarla, pero finalmente cedieron a la presión de las tribus y entregaron de nuevo a la joven.

"Un infierno"

Darya y Nahjiba llevan más de dos años en esa situación, aunque tienen contacto telefónico frecuente con sus familias españolas. Koria, por su parte, lleva más de cinco años en los campamentos sin que se sepa nada de ella.

La madre tinerfeña de Darya, María Ángeles Déniz, insistió ayer en la reiterada petición de la joven de regresar a la Isla porque "es aquí donde está su futuro".

Darya viajó a la Isla por primera vez con 11 años, en 2001. Durante su estancia en Tenerife se le diagnosticó talasemia, una enfermedad en la sangre que le obliga a tomar medicación de por vida, y fue la propia familia biológica la que pidió entonces que la acogiera. La chica iba y venía de los campamentos a las Islas sin problemas, hasta que en 2014 recibió una llamada en la que le comunicaban que su padre había enfermando.

"Darya hizo el viaje sola y cuando faltaban diez días para el regreso, le quitaron el pasaporte, su tarjeta de residente y sanitaria, el dinero y toda la documentación. Me llamó gritando auxilio, que la sacáramos de allí porque aquello era un infierno", relata. "El Gobierno español nos dice que como no es española no pueden hacer nada. Ella no es española, pero yo sí y nos tiene que ayudar. Hay muchas chicas allí que están retenidas", resalta la madre tinerfeña.

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