De Podemos en situación de ascenso meteórico, a la misma fuerza desangrándose en solo seis meses. Retroceso generalizado, sí, pero sustentado principalmente en los núcleos más poblados del Archipiélago, los mismos que el 20D otorgaron su favor a los de Pablo Iglesias dando carta de naturaleza al principio del fin del bipartidismo. En las dos capitales canarias, más Telde y La Laguna, la formación morada perdió apoyos y en esos cuatro municipios recuperaron terreno el Partido Popular (PP), de manera rotunda, y el Partido Socialista Canario (PSC-PSOE), más tímidamente.

Los comicios del final del año pasado redujeron al mundo rural el bastión del tradicional reparto de protagonismo entre populares y socialistas. Si Podemos hallaba la clave para seducir el voto de, al menos, los municipios medianos, la nueva etapa política quedaría realmente inaugurada.

Con lo que no se contaba era con la capacidad de PP y PSOE para recuperar en tan escaso tiempo un terreno que perdieron de manera drástica. Sea por aciertos estratégicos propios o por errores ajenos lo cierto es que la cita electoral del domingo se puede leer como un retorno a lo viejo. Cierto que en compañía de un tercer partido, que cosechó un resultado mucho peor del augurado por las encuestas pero que no pierde pie e, incluso, se mantiene en muchos casos por delante de los socialistas.

En la capital grancanaria, por ejemplo, Podemos se sitúa como segunda fuerza a menos de 20.000 votos del PP. Un resultado que podría tenerse por más que bueno de no haber existido la cita electoral del 20D, cuando la formación morada, entonces con Victoria Rosell al frente de la lista, fue la más votada. Además de ver cómo se les esfumaba el liderazgo en favor de los populares, han perdido también 14.000 papeletas de la ventaja que les separaba de los socialistas, que están ahora a poco más de 1.500 votos.

El esquema se repite en Santa Cruz de Tenerife, donde el PSOE, entre lo que avanza por sí y lo que retrocede el oponente que aspiraba al sorpasso, logró enjugar 5.600 sufragios para situarse a menos de 2.500 de diferencia. Sin dejar esta isla, La Laguna fue el otro feudo de entre los más poblados en que los conservadores lograron virar la tortilla para colocarse de nuevo en lo más alto. Otra vez a costa del castigo que las grandes ciudades del Archipiélago tributaron a los de Pablo Iglesias y con los socialistas como terceros en discordia y avanzando.

Telde cierra el repaso a las cuatro grandes y es la única de las que integran el póquer de ciudades canarias más pobladas en las que tanto PP como PSOE se colocaron por delante de Podemos, que había logrado meterse entre ambas en el primer y vano intento por dotar a España de un nuevo gobierno.

¿Y qué ocurre con el cuarto en discordia? Ciudadanos no sigue en el Archipiélago la tendencia nacional de desinflarse en cada nueva cita con las urnas. Los grandes núcleos urbanos mantuvieron su apoyo a los de Albert Rivera y fruto de ello es que el partido naranja consolide sus dos representantes en el Congreso de los Diputados, uno por provincia. Lo que les restaron Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife se lo dieron Telde y La Laguna. En el resto de territorio municipal isleño recogieron más de lo que perdieron.

El trato brindado a las dos fuerzas emergentes en el conjunto del Archipiélago es completamente dispar. Unidos Podemos -suma de Podemos e Izquierda Unida- retrocede en 73 de los 88 municipios canarios, en todos los de la provincia de Las Palmas excepto Antigua (Fuerteventura). Solo halló oxígeno en La Gomera, con crecimiento en toda la isla; escaso bagaje para detener la sangría de votos general con la excepción mencionada en la isla colombina y El Hierro.

En cambio, el análisis del comportamiento del voto localidad a localidad indica que Ciudadanos ha encontrado un suelo en las Islas con sucinto espacio para continuar avanzando. Es el proceso contrario al de Unidos Podemos, pero muy lejos de estos en el total de votos. Los naranjas mejoraron el domingo su marca de diciembre en 62 municipios, comportamiento que sirve para descartar, al menos en las Islas, el incremento de votos del PP vía retorno de quienes enfadados pusieron su apoyo a disposición de Rivera el 20D para regresar anteayer a una manera de votar que les es más natural.

El liderazgo cambia de color en un total de 23 municipios isleños y en 22 de ellos es el PP la formación que recupera la prevalencia. En el restante, El Pinar (El Hierro) son los socialistas los que se encaraman al puesto de partido más votado. Entre los feudos retomados por los populares destacan la capital grancanaria y La Laguna, amén de avanzar en las siete islas y en municipios tanto urbanos como rurales.

Al PSC-PSOE le queda el consuelo de que ni las ciudades ni los pueblos estuvieron por la labor de que se produjera el sorpasso que les amenazaba. Eso, recuperar parte del terreno perdido en Las Palmas de Gran Canaria y crecer en cuatro de las siete islas, si bien Tenerife, feudo importante, no está entre ellas. Por lo demás, 62 municipios fueron escenario de otros tantos retrocesos.

Por su parte, Coalición Canaria continuó en caída libre en todos los escenarios hasta completar 57 localidades con pérdida de apoyos. Especialmente grave es el retroceso en todas las localidades de Fuerteventura y Lanzarote, islas en las que paliaba, solo en parte, su total falta de tirón en Gran Canaria. Las alegrías escasearon y el único consuelo fue conservar una diputada.