El silencio de Asier Antona, presidente del PP de Canarias, sobre la polémica de la bandera de las siete estrellas verdes ha generado un gran malestar en el seno del partido. Desde que se supo que tres ayuntamientos -Santa Cruz, Arico y Güímar, este además gobernado por el PP- y tres cabildos -Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura- tenían intención de izar hoy la enseña tricolor por el 52 aniversario de su creación por parte de los independentistas del Mpaiac, ni Antona ni otros líderes populares han salido a la palestra para criticar esta decisión, finalmente suspendida por la Justicia tras un recurso de Enrique Hernández Bento, delegado del Gobierno central en funciones y también dirigente del PP.

Ayer sí habló Manuel Domínguez, presidente del PP en Tenerife y que estaba con el resto de líderes en la convención que celebró el partido en La Palma, si bien lo hizo a requerimiento de este periódico. Ni él ni Antona reaccionaron emitiendo un comunicado. "Rechazo la acción rebelde que ha ocurrido en Santa Cruz contra la Justicia. Era un acto ilegal y así creo que se debía haber considerado desde el principio. Esa bandera no es oficial y ya se pronunció claramente la Justicia", dijo Domínguez.

Pero muchos en el PP consideran que la actitud de algunos de sus líderes ante esta polémica ha sido laxa e irresponsable. Un ejemplo es lo ocurrido en Güímar, uno de los municipios que iba a celebrar el acto con el apoyo de una de sus ediles, la independiente Socorro González, hasta la suspensión. Su alcaldesa, Carmen Luisa Castro, restó hierro a la procedencia independentista de la enseña y llegó a decir que era una bandera aceptada por una parte importante de los isleños.

Las voces críticas echaron en falta una mayor contundencia de Antona y su equipo, teniendo en cuenta que CC hizo suya esa bandera en 2005 y, sobre todo, que el que la creó, el Mpaiac, cometió atentados terroristas con ese símbolo.