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Premio Canarias 2017 de Bellas Artes e Interpretación

"Al principio no me hacían mucho caso, pero mi obra se ha impuesto"

"Lo más nuevo no me seduce. Yo he hecho una obra totalmente de memoria. El paisaje de la Isla que aparece en mis cuadros desde hace unos años es un paisaje memorizado", afirma Paco Sánchez

Paco Sánchez en su estudio de Las Palmas de Gran Canaria. JUAN CARLOS CASTRO

Ha protagonizado una reciente retrospectiva en la Casa-Museo Antonio Padrón, prepara otra que colgará en las salas del CAAM a principios de 2018 y es galardonado con el Premio Canarias. ¿Cómo recapitula su trayectoria?

Empecé en el año 1959 en la Escuela Luján Pérez. Pasé etapas en las que dibujaba, pintaba al óleo, hacía bodegones, iba al paisaje del Sur de la Gran Canaria y a otras diferentes partes de la Isla. Mi obra es un reflejo de nuestro paisaje. Empecé a atisbar la cosa volcánica y la figura. Mis primeras cosas tienen que ver con el indigenismo, luego la obra fue evolucionando lentamente de forma cada vez más colorista, trabajando sin prisa pero a diario. A lo mejor un día no pinto pero estoy haciendo otras cosas que tienen que ver con la pintura. En la actualidad la obra es muy luminosa, ha evolucionado en cuanto al color y la forma, con una evolución consecuente, que no consiste en pintar al trancazo y que salga lo que salga.

¿De aquellas enseñanzas recibidas en la Luján Pérez queda algo en su pintura actual?

Fue mi inicio. Mi primera época, que es más indigenista, tiene referencias a la escuela. Pero la obra ha ido evolucionando y se ha salido fuera de ese contexto. He creado una obra nueva, que creo que cada vez va a mejor.

¿Qué guarda de la personalidad artística de Felo Monzón, tan importante en aquellos años iniciales?

De Felo Monzón guardo alguna referencia en las pinturas de mi primera época. Pero después, mi obra ha sido diferente a la suya. Fue, en todo caso, una influencia importante entonces. Había una consigna, que era inventar, crear. Y eso lo impuso él a los alumnos. Luego eso lo hemos aprendido y lo hemos ido desarrollando. Es decir, que en mi caso yo he hecho una obra creativa, pero siguiendo esas consignas de la Escuela Luján Pérez.

A su quehacer pictórico se lo suele etiquetar de primitivis- ta. ¿Se siente cómodo con ese marbete?

Sí. Hay una corriente primiti-vista en el planeta, con muy buenos pintores en África, en América, en muchas zonas del planeta. Coincidimos en muchos aspectos, en una serie de elementos. En el caso de mi obra, está la referencia a la mujer canaria, Yo lo que hago es pintarla, una figura que termina arriba en un pico que es la pañoleta. Cuando yo iba al Sur en los años setenta, era de una tristeza enorme ver aquellas mujeres vestidas de negro, trabajando en los surcos. Así, yo lo que hice fue cambiar y darle color. La figura femenina está presente en mis cuadros más que la masculina. La mayor parte son figuras femeninas, que le dan color, le dan unidad a mi obra.

Alguien ha escrito que usted es nuestro mejor graffitero. ¿Contempla usted su pintura como un vehículo para transmitir preocupación social?

Sí hay una preocupación social. En el sentido de que la obra tiene una referencia a nuestra historia, a nuestra gente y al paisaje. Más que pintar una montaña verde, la obra tiene que ver con lo volcánico, con el volcán. Somos un territorio donde la mayor parte del paisaje es de carácter volcánico. Creo que he conseguido reflejar ese aspecto en la obra. En los años sesenta y setenta estaba la cosa flojísima. Yo estaba en Barcelona y me pensaba ir para Nueva York, pero como lo qu a obra que yo hacía tenía que ver con nuestro paisaje, sólo la podía desarrollar aquí. No me he arrepentido, ha funcionado la obra tal cual la planteé, ha ido cada vez a mejor. Tiene que ver totalmente con nuestra historia, con el paisaje.

El ecosistema de museos y galerías que disfrutamos hoy presenta mayores posibilidades para los artistas que el que regía cuando usted empezó?

Actualmente la cosa está mal, había antes más galerías. Quedan un par de ellas, pero lo que funcionan son centros como La Regenta o el CAAM. Hacen falta más galerías comerciales, para que los pintores puedan exponer.

Este importante galardón corona una trayectoria en la que no han escaseado los reconocimientos. ¿Siente usted que nuestra sociedad es justa con sus artistas?

Creo que hay una parte de la sociedad que, en este sentido, está despistada. Pero la gente participa cada vez más, participa en las exposiciones, en los actos culturales de todo tipo y va a más. La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, con más de 400.000 habitantes, es actualmente una ciudad cultural abierta a nuevos aspectos. Antes, por ejemplo, no había danza.

Y en su caso, ¿cree que se ha hecho justicia con su trabajo a lo largo de los años?

Al principio no me hacían mucho caso, pero con los años la obra se ha ido imponiendo por sí sola. Tanto es así, que muchos críticos de arte que al principio nanay, ahora me buscan y a veces me dan hasta el coñazo. La obra ha buscado su espacio y lo tiene hoy aquí entre los artistas canarios. Toda la pintura que se hace en Canarias tiene que ver entre sí. Los pintores de aquí tenemos que ver con el arte europeo, pero también coincidimos entre nosotros en muchas cosas.

Usted destaca la evolución cromática que se verifica en su pintura. ¿A qué se debe la aproximación hacia esa nueva paleta?

Yo he querido intentar interpretar la luz de la Macaronesia. la obra ha ido siguiendo unas pautas nuevas que la han mejorado. Hay más alegría, más luminosidad.

¿La Isla que refleja en sus cuadros ya no existe?

Sí, ha desaparecido. Es la figura femenina que representa una historia, cómo era la mujer campesina.

Entonces, los paisajes de la Gran Canaria de hoy no le dicen nada

Lo más nuevo no me seduce. Yo lo que he hecho es una obra totalmente de memoria. Cuando estaba en la escuela Luján Pérez sí es verdad que íbamos cinco o seis pintores a pintar el paisaje de diferentes partes de la Isla. Pero después de eso yo toda la obra la he hecho de memoria. El paisaje que hago desde hace años es un paisaje memorizado.

Usted habla de su obra como algo que permanece en movimiento, como un trabajo aún en evolución. ¿Cuáles son los próximos horizontes?

De cara a la exposición del CAAM, estoy acabando la obra. La tengo prepara-da, pero voy sacando uno a uno los lienzos y los voy revisando. Corrijo algunas cosas, repaso toda la obra. Así, cuando la vaya a exponer estará más completa y más desarrollada. Veo un tono se azul, por ejemplo, que tengo que corregir porque está demasiado oscu- ro y quiero que haya más luminosidad en el cuadro. Pues voy y lo corrijo. Así voy haciendo con toda la obra, que termina siendo una obra bien hecha uy que funciona. Tengo los cua-dros ordenados por años. Trabajo duro, por la mañana y un ratito por la tarde, pero lo hago todo con ga-nas, con gusto. Y estoy contento por la evolución a mejor. Se nota en los cambios, hay una historia nueva. La primera época era más bien terrosa, grisácea, y ha ido a mejor.

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