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Primarias del PSC-PSOE Precandidaturas para la Secretaría General

Un político con la docencia en las venas

Ángel Víctor Torres Pérez presentó ayer oficialmente su candidatura para la Secretaría General del PSC-PSOE

Ángel Víctor Torres Pérez (Arucas, 1966) presentó ayer oficialmente su candidatura para la Secretaría General del PSC-PSOE en un lugar emblemático para los socialistas, el busto de su fundador, Pablo Iglesias, en la calle Primero de Mayo, sede de los sindicatos en la capital grancanaria. En su horizonte está promover "la mejora de su organización" política, que "lleva un tiempo con un cierto vacío orgánico, con una gestora y con decisiones que tomar que han quedado pospuestas por esa situación de interinidad". Se abre por tanto con este proceso de primarias en el que pugnará con Patricia Hernández y Juan Fernando López Aguilar "un tiempo nuevo, ilusionante", en el que su partido deberá "seguir siendo la fuerza de gobierno preferida por los canarios".

El vicepresidente primero del Cabildo de Gran Canaria y consejero de Obras Públicas, Infraestructuras y Deportes, da por tanto el paso que se venía anunciando en los últimos días y que él llevaba reflexionando durante los últimos meses "empujado y arropado por muchos militantes, hombres y mujeres de las ocho islas".

El exalcalde de Arucas y exdiputado nacional en el segundo mandato de Zapatero entró en política a finales del siglo pasado, en 1999. Actualmente es también secretario general de los socialistas grancanarios. Cuando se presentó por primera vez a unas elecciones políticas, algunos de sus alumnos le dijeron que ellos no le votarían porque eso significaba que tendría que dejar el instituto, lo que él apreció como un buen cumplido.

Cuando Torres nació sus padres esperaban una niña y ya incluso le tenía preparado el nombre de Belinda. Pero fue niño y se quedaron in albis. Lo de Ángel Víctor fue una propuesta de la tendera a la que su padre compró ese día unos dulces para su esposa, que acababa de dar a luz en la clínica de Arucas (en el mismo edificio que hoy ocupan las Casas Consistoriales). El hombre no se lo pensó dos veces y así bautizaron al recién nacido.

Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna (1984-89), realizó los cursos de doctorado entre 1989 y 1991, año en el que comenzó sus primeras prácticas docentes en el instituto Isabel de España de la capital grancanaria para consecutivamente estar dos años en el instituto de Ingenio y regresar a su municipio natal, donde dio clases hasta que se incorporó a la vida pública a finales de los noventa como concejal de la oposición en Arucas.

Como profesor de Lengua y Literatura en secundaria, es un amante de la lectura y tiene publicado un conjunto de relatos, accésit del Ciudad de Santa Cruz y otros premios literarios. Dejó la enseñanza en 2001, cuando era concejal en la oposición, dos años antes de llegar a la Alcaldía. Asegura que volverá a la docencia porque disfruta dando clases. Tiene claro que la política es una actividad que le quitará unos años a su profesión, pero no piensa perpetuarse en los cargos públicos. Se jacta en decir que aprendió mucho de sus alumnos porque se dejaba querer y los trataba como adultos. Sus clases eran divertidas y apasionantes porque para él la educación, la formación y la cultura no tienen que estar reñidas con el entretenimiento y la amenidad en el claustro. Compartía poemas con sus alumnos y en clase los comentaban. "Se puede enseñar y aprender disfrutando", era su máxima en el instituto.

Los mismos amigos

Presume de seguir teniendo los mismos amigos de siempre y de frecuentar los mismos bares a los que iba antes de entrar en política. La política no lo ha cambiado sustancialmente, sigue siendo el mismo, aunque quizá con menos tiempo para dedicarlo a sus pasatiempos, a sus amigos y a su familia.

Para él es muy importante la probidad, la honestidad y la honradez. Cree que el político nunca debe perder el respeto a la ciudadanía y que jamás debe comportarse como un déspota. Considera la política una actividad noble, aunque no esté ajena a las traiciones.

Es un político que, dice, se levanta cada día con alegría. Es sonriente, se ríe mucho, quizá más de la cuenta para algunos, pero él tiene una actitud optimista ante la vida y así se manifiesta sin ambages. "Pienso en verde esperanza, yo siempre veo luz, incluso donde los demás ven oscuridad", ha llegado a decir a sus más íntimos colaboradores.

Duerme con la ventana abierta porque necesita aire, alegría y luz, aunque suele madrugar y se levanta cuando aún no ha salido el sol. Entre sus pasatiempos de evasión se encuentran el deporte (él es consejero insular del ramo) y la lectura ajena a la política, especialmente las novelas de ficción, aunque también la poesía, el teatro, la opinión, el ensayo, la historia y la literatura en general. Dice que necesita desconectarse de la política cada día y por eso elige la lectura en otras materias.

Cada día intenta comer y cenar en casa, aunque eso le suponga un trajín de viajes. Actualmente vive en El Zumacal, un barrio de Valleseco que está a menos de un cuarto de hora de Arucas. Hace deporte y le gusta la naturaleza, por eso suele compaginar las dos cosas. Ha participado en más de una carrera de fondo por Gran Canaria, dando ejemplo de lo que predica, por lo que se mantiene en plena forma física.

Trata de unir la parte teórica con la práctica de un político, su lado ideológico con el de gestor público. Le molesta la frivolización de la política y rechaza la política sin valores y muy especialmente la corrupción. Aunque mira la vida con color verde esperanza, realmente su color favorito es el rojo, no solo por lo que tiene de representativo y simbólico con la izquierda sino porque es sinónimo de fuerza, pasión, lucha y ebullición. De hecho el primer coche que compró era rojo.

Tiene un recuerdo especial de su abuelo, que junto a sus hermanos estuvo encarcelado durante la dictadura franquista por sus ideas republicanas y socialistas. Siente pena porque nunca pudo verlo de alcalde de Arucas, de diputado nacional o de vicepresidente del Cabildo ya que falleció en 1991. Recuerda que solía leer la prensa por la noche a la luz de una bombilla tenue y que alrededor hacía una tertulia en la que él también participaba.

Su abuelo es una referencia política y personal. Le gusta contar que repartía una revista obrera y socialista en la que colaboraba. En una ocasión los falangistas quisieron que su abuelo les diera la recaudación por la venta del periódico, pero él nunca se la dio ni delató a ningún compañero.

Asegura que el día más feliz de su vida fue cuando nació su hijo. Lo vio nacer porque estuvo con su mujer en el parto. El día más triste fue el de la muerte de su madre, que siempre estuvo muy preocupada por las andanzas políticas de Ángel Víctor. Solía llevar mal las críticas que le hacían a su hijo cuando fue alcalde. Ha llegado a comentar que el día que murió su madre a él se le acabó la infancia.

Siempre ha sido un tipo maduro, responsable y trabajador. Hasta su querido abuelo le decía que era más viejo que la edad que aparentaba. Presume el precandidato a la secretaría general del PSC-PSOE de que sus amigos son en general bastante mayores que él. Cuando empezó a dar clases en Ingenio, con apenas 25 años, llevaba un reloj en el bolsillo del pantalón con una leontina, una imagen más propia de viejos que de jóvenes.

Está satisfecho y muy contento del pacto del Cabildo que su partido mantiene con Nueva Canarias y Podemos. "En el Cabildo la presión es mayor que en los municipios, pero creo que estamos gobernando con dignidad y la gente ha visto que aquí la izquierda no tiene cuernos ni rabos y que no somos un peligro para la sociedad".

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