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Cuarenta años de democracia en Canarias

Cuatro décadas después de las primeras elecciones libres las ciudades y la sociedad canaria han dado un vuelco y han experimentado un crecimiento de vértigo

Cuarenta años de democracia en Canarias

Hoy se cumplen 40 años desde la celebración de las primeras elecciones generales libres después de cuatro décadas de dictadura. El 15 de junio de 1977 España se enfrentaba a un proceso que suponía abrir las puertas del país a lo que sería posteriormente la Unión Europea y expandir sus relaciones internacionales. De hecho, la jornada electoral fue seguida por 2.000 periodistas de todo el mundo, con una gran expectación en toda América y en los países de la Europa Comunista. Concurrían formaciones de izquierdas, como el Partido Comunista de España (PCE), legalizado dos meses antes, o el PSOE liderado por un jovencísimo Felipe González. Venció por goleada la Unión de Centro de Democrático (UCD), capitaneada por Adolfo Suárez, el primer presidente de la etapa democrática.

El resultado electoral fortaleció la joven democracia, perfiló un sistema de partidos homologable a cualquier país europeo y, sobre todo, facilitó que el nuevo Congreso iniciara un proceso constituyente capaz de dotar al país de una Constitución basada en el consenso. Más de dieciocho millones de españoles acudieron a las urnas en libertad, por primera vez desde las elecciones a Cortes en febrero de 1936. Era tal novedad, o había tal falta de costumbre, que en los rotativos de la época se podían leer titulares como: "¿Estás seguro de saber votar?", explicando, acto seguido, cómo se debían introducir las papeletas a las urnas. Canarias vivió con gran actividad y optimismo los comicios, donde participaron políticos como José Carlos Mauricio, Jerónimo Saavedra , Fernando Bergasa, Nicolás Díaz Saavedra o José Joaquín Díaz de Aguilar al Congreso y al Senado.

En los cines de la época en las Islas proyectaban Viridiana, de Luis Buñuel, aunque ese año la película española más vista y reconocida fue Ese oscuro objeto del deseo, el último filme del mismo director, si bien la que más público concitó fue, sin duda, la primera versión de la saga de La Guerra de Las Galaxias. Mientras, en las salas de fiesta de Canarias, que entonces existían, se bailaba la canción del verano, de la rubia incombustible Raffaella Carrà, con su pegadiza Fiesta.

La fiesta, en realidad, fue la de la democracia, como se bautizó a ese señalado día que cambió la historia de España, en una jornada donde se produjeron distintos atentados de ETA por la geografía española que no causaron víctimas mortales. Un año en el que en Canarias se inauguró el Corte Inglés, que marcó un antes y un después en la historia del comercio en las Islas, y se produjo uno de los acontecimientos más trágicos de la aviación, el accidente el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, el 27 de marzo de 1977, en el que murieron 583 personas, el siniestro con mayor número de víctimas mortales de la historia.

Distintos expertos en economía, planeamiento urbanístico, en el ámbito social y cultural y en temas de igualdad y el papel de la mujer repasan el Canarias de ayer, hace 40 años, y el de ahora. Coinciden en cómo en estas cuatro décadas las Islas han alcanzado una velocidad de turbo en su desarrollo, aunque con sus luces y sus sombras.

De hecho, la renta per cápita se ha multiplicado por 19 desde los primeros comicios electorales, el turismo se ha disparado de 2,5 millones de visitantes desde 1977 a casi 15 millones en 2016, y tanto la tasa de paro como el núme- ro de personas con un puesto de trabajo son ahora el doble que entonces.

El economista e histórico miembro de la izquierda nacionalista, Antonio González Viéitez, que concurrió al Senado por el PCE, hace análisis de la Canarias de antaño y su evolución.

En 1977 se estaba consolidando la especialización turística de las Islas. Canarias siempre se había especializado en exportar, básicamente, productos agrícolas como el plátano, la cochinilla o el tomate, pero en esta década se produce un salto cualitativo porque las Islas empiezan a exportar servicios. "Las mercancías se consumen allá pero los servicios los hacen aquí y los consumen aquí, es lo que se llaman las exportaciones invisibles", explica.

Paquetes turísticos

Por tanto, se empieza a ofertar paquetes turísticos en las Islas y surge una industria incipiente. El turismo de la época, 2,5, millones de personas, era bastante estable y para poder atenderlos se produjeron diversos factores que cambiaron la fisonomía económica de Canarias. "El agua que antes regaba tomates ahora va a las piscinas, los señores que vivían en la cumbre o que estaban de aparceros pasan a ser camareros; en esta primera fase los recursos propios canarios permitieron dar cobertura a esos dos millones de turistas", expone.

En ese ínterin aparece la Democracia, el Estatuto de Autonomía y el Régimen Económico y Fiscal (REF). "Conseguir un Gobierno canario, que ya rompía todos los esquemas, tener un Parlamento, una legislación con un Estatuto de Autonomía y contar con un montón de competencias, entre ellas, el suelo y aguas", con la importancia que ello conlleva para legislar, produjo un gran desarrollo para Canarias. También surge la ampliación del REF de 1974, y se crea la Reserva para Inversiones de Canarias (RIC). Para González Viéitez fueron tres elementos que marcaron el enorme auge de las Islas.

De ahí que la época de mayor incremento del turismo se produce desde 1990 al 2000, que se pasa de cinco millones de turistas a doce. Es lo que este economista llama "turbo crecimiento". "En 1999 el PIB canario, por ejemplo, crece a tasa china, un 10%", enfatiza. Se crecía a tal ritmo que los recursos no daban para cubrir la demanda lo que provocó, a su vez, un enorme aumento de la población.

Entre el año 1993 y 2004 en Canarias los residentes se incrementan en 354.000 personas, y el crecimiento vegetativo sólo es de 82.253 personas, de tal manera que la inmigración supuso 271.800 personas. Fue un periodo de gran aumento, sobre todo en la construcción que subió del 7% al 16% en una década. "Fue un desbarajuste y ocurrió una cosa que nunca ha ocurrido en Canarias: somos una sociedad emigrante y en este década, por primera vez en la historia, hay 271.000 personas que vienen de fuera, porque se les llama y se les dice que hay trabajo", afirma, y cuando acaba el boom y viene la crisis se producen los problemas de xenofobia, señala.

Además, el desarrollo de las Islas en estos años rompe a su juicio el concepto de islas mayores y periféricas. El bloque oriental, Lanzarote y Fuerteventura, experimenta un "turbo crecimiento también enorme", mientras que las dos islas capitalinas tienen un desarrollo moderado, y las islas occidentales, La Gomera, El Hierro y La Palma se han estancado.

En el año 79, las orientales (Fuerteventura y Lanzarote) representaban el 5, 43% de la población, las centrales el 86,4% y las occidentales el 8,2%. De 77.779 habitantes, Fuerteventura y Lanzarote pasan a tener 252.605 residentes en 2016, el mayor crecimiento experimentado en comparación con las restantes, lo que en cierto modo invalida, a juicio de González Viéitez, que intenten defender la triple paridad como las islas occidentales.

En su opinión, Canarias debe cualificarse en servicios. También las Islas tienen que aprovechar su situación para la cooperación con África y ayudar a su desarrollo, más que convertirse en una plataforma logística "que no es otra cosa que utilizar Canarias como localizadora de las principales empresas para que saqueen los recursos naturales de África".

Se debe aprovechar la vecindad con África y "utilizar los recursos que la Unión Europea tiene para la gran vecindad" para ayudar a los ciudadanos africanos desarrollarse con programas de cooperación. "Estamos en una condiciones maravillosas para reorientar nuestras investigaciones en energía y en bioalimentación y enseñarles para que se alimenten en condiciones", argumenta.

Flora Pescador, arquitecta y profesora de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), estudiaba arquitectura en la Universidad Politécnica en la capital grancanaria en 1977, que fue el germen de la actual universidad. Eran pocas mujeres, recuerda, pero en general todos los estudiantes estaban comprometidos con la defensa de la Democracia y consolidar a España como un país europeo. "Teníamos una lucha fuerte, éramos personas de izquierda y exigíamos un cambio", evoca. Para ellos, tener una Constitución en 1978 fue algo "muy deseado".

En aquel momento, las ciudades canarias eran un reflejo de una situación política muy clara, expone. "No tengo recuerdos de que la innovación y el bienestar fueran hechos destacados, eran ciudades muy paradas, con muy poco dinamismo, con muchas necesidades de equipamiento, de transformación real, y con muchos barrios con gente que procedía del campo para trabajar en el boom turístico y se crearon los polígonos", indica.

Ciudad y periferia

Esta división entre la ciudad histórica y la periferia se produce en estos años, en los 60-70, y en parte muchos de esos problemas se mantienen. "Hoy en día hablamos en la universidad de unir todos esos barrios en una única ciudad estructurada", añade.

A partir de esos años empieza a haber un cambio lento de equipamiento sociales, centros culturales o colegios y, posteriormente, se produce la verdadera transformación y hay un cambio radical en la urbanización, la ciudad pierde su límite se irradia por todo el territorio, sostiene. Aparecen las nuevas periferias del extrarradio, como los centros comerciales externos a las propias ciudades.

Para Pescador, la transformación de Canarias a partir del turismo ha sido muy fuerte y ha copado grandes partes del territorio, como en los sures de las Islas, aunque, como positivo, son años en que se produce la normativa sobre la protección de los espacios naturales, porque "no todo fue crecimiento y eso hay que valorarlo".

"Se podían haber hecho cosas mejores", pero al menos se protegió el suelo posteriormente. A su juicio, el crecimiento de las ciudades con la burbuja inmobiliaria es enorme, y es cierto que se necesitan más espacios libres y zonas peatonalizadas, aunque ya se haya hecho en distintas zonas. En opinión de Pescador, estos años han conllevado "al bienestar social y han aparecido grandes equipamientos como los hospitales, la universidad, los palacios de congresos, y ha habido una lluvia de grandes equipamientos que, en términos generales, ha mejorado la vida de la gente".

La feminista Asunción González de Chávez, profesora jubilada de psicología médica y escritora, recuerda que en 1977 tuvo que hacer una manifestación para la legalización de los anticonceptivos, algo "de catacumbas".

En relación a la igualdad, cree que "hay un nivel mayor de conciencia y deseo por las mujeres y de aceptación por los hombres, pero esta cuestión se centra en la vida pública y laboral, hay conciencia de que tengan trabajo y participen en la vida pública, pero luego las transformaciones en profundidad siguen siendo inalteradas y el cuerpo de la mujer sigue siendo el señuelo que nos distingue y, sobre todo, el peso de la conciliación familiar sigue estando sobre las mujeres". Y eso es una tarea pendiente.

Juan Cruz, escritor y periodista, señala que en 1977 había mucha ilusión en la celebración de las elecciones, sobre todo para quienes comulgaban con la izquierda y formaban parte de una generación que deseaba un país distinto. "Pero lo que fue una sociedad muy progresista se ha convertido en una sociedad acomodada y eso dura hasta hoy". "En Canarias había mucho desarrollo cultural, y la rabia cultural y la rabia política han descendido de nivel y nos acomodamos".

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