364 días duró el reinado del Herbalife Gran Canaria en la Supercopa Endesa, después de que el 24 de septiembre de 2016 conquistara en Vitoria el que era el primer título oficial de la historia del club. El cetro pasaba ayer a manos del Valencia Basket. La victoria de cuadro valenciano por 63-69 dejaba con la miel en los labios al Granca y a su parroquia, que llenaba las gradas del Arena con la esperanza de que los suyos, por fin, acabaran con la maldición que persigue al organizador del primer torneo oficial de la competición española. Nunca el cuadro local ha terminado levantando trofeo.

Y ese sueño parecía cerca después del magnífico segundo cuarto de los amarillos, donde llegaban a dominar por 15 puntos. Pero a medida de que transcurría el tercer acto del choque fue diluyéndose. La escuadra taronja desarmó todos los argumentos que esgrimían los de Luis Casimiro para dominar. Con un San Emeterio en plan estelar, hizo 14 puntos en esos diez minutos, y la magnífica actuación de Dubljevic, un gigante que parece sacar su instinto más depredador cuando se tropieza con los insulares, mostraron las vergüenzas del conjunto grancanario. También colaboraba a ello Green, MVP de la competición.

A pesar del apagón generalizado del Herbalife tras el paso por los vestuarios, tanto en defensa como en ataque -estuvo cinco minutos sin anotar-, el Granca mantuvo sus opciones hasta los instantes finales, pero en ese momento decisivo tampoco conseguía ser tan demoledor como su adversario.

En los amarillos, después del enorme partido del viernes en semifinales contra el Real Madrid donde casi todos tuvieron una aportación importante, cuesta destacar a alguien sobremanera. Quizás, resaltar el notable rendimiento de Oriol Paulí en este inicio de campaña. En el otro lado de la balanza, sobre todo DJ Seeley. El escolta norteamericano, que tuvo dos tiros consecutivos para intentar alargar el encuentro hasta la prórroga con 63-66 a menos de 40 segundos, acabó con un cero en su casillero.

Igualdad máxima en el arranque del duelo. Dos equipos muy centrados en maniatar en defensa al rival y en ataque jugar sistema, al no existir demasiadas opciones de correr, aunque el Granca era el que más intentaba crearlas. El Valencia Basket, por su parte, buscaba a Pleiss en el centro de la zona para anotar ante un Anzejs Pasecniks que se lo ponía complicado, menos en la primera opción que tuvo (0-2).

Con Gal Mekel adquiriendo protagonismo en estos instantes iniciales -luego se diluyó- y el acierto de Shaquielle McKissic, los locales adquirían su primera ventaja, 2-4, rápidamente contrarrestada por Sastre. Los taronjas recuperaban el mando con el triple de Vives (6-7) y Luis Casimiro empezaba a sacar a cancha a la segunda línea, ya con los cinco minutos inaugurales de la final consumidos.

Saltaban al parqué del Arena dos hombres, Albert Oliver y Oriol Paulí, que iban a protagonizar posteriormente la primera separación del Granca en el electrónico, pero un poco más tarde. Aunque el alero ya avisaba. Un triple suyo posterior a un acierto de Eulis Báez ponía el +4 para los de Luis Casimiro (11-7, a 3.14). La diferencia se acrecentaba con el estreno de Ondrej Balvin.

Los seis de ventaja para el Herbalife desaparecían de un plumazo con la irrupción de San Emeterio y el complemento de Diop, que dejaban el 13-13 en lo alto del marcador del Arena al término de unos primeros diez minutos igualadísimos. Así lo atestiguaban lo visto en cancha y las estadísticas.

Máximo esplendor

Arrancaba el segundo acto y apareció el Granca en todo su esplendor. Máxima intensidad defensiva y baloncesto dinámico, fresco, al galope. Triple de Oriol Paulí, el segundo, y contestación de Diop (16-15). Desde ahí, recital amarillo. Cinco puntos consecutivos de Albert Oliver, más otros dos del alero catalán, certificaban un 6-0 consumidos apenas dos minutos (23-15).

Marcus Eriksson, ganador del concurso de triples antes de la final, se unía a la fiesta y la ventaja amarilla se situaba en los dos dígitos tras un 9-0 (25-15). La falta antideportiva de Ondrej Balvin le dio un respiro al Valencia Basket con los dos libres de Vives. Pero Pablo Aguilar volvía a poner a los locales con una decena de puntos arriba en el ecuador de este cuarto (27-17).

El Herbalife se encontraba en su salsa ante un cuadro levantino acogotado por el ambiente mágico que se respiraba en el Arena. No paró ahí la cosa, no se crean. Los de Luis Casimiro querían más sangre, insaciables. Eulis Báez y la segunda de tres de Marcus Eriksson, casi desde su casa, disparaban a los amarillos, que conseguía una diferencia soñada por todos: +15 (32-17 con parcial de 19-4).

Restaban 2.17 para el intermedio. En ese momento llegaba el esperado resurgir taronja. Dubljevic y Green, con un doblete, ponían el 32-23. La reacción lógica de Luis Casimiro fue pedir tiempo muerto. Tuvo sus efectos, porque cortó de raíz la eficacia del rival. Llegaba el descanso con los nueve de ventaja para el Granca tras un 19-10.

Hasta ese momento, un encuentro idílico para el Herbalife y su hinchada. Más aún cuando en la reanudación Shaquielle McKissic clavaba un triple para poner el 35-23. Nadie podía imaginar lo que pasaría luego. Apagón total en los amarillos ante el despertar de un súper Valencia Basket.

Los valencianos recuperaron la dureza defensiva que les llevó con Pedro Martínez a la gloria la temporada pasada y principal seña de identidad de Txus Vidorreta, su nuevo entrenador. El Granca no podía con ello. Cinco minutos sin anotar.

Encima, atrás se veía incapaz de frenar a un grandísimo San Emeterio, imparable para Shaquielle McKissic primero y para Xavi Rabaseda después, y a un esplendoroso Dubljevic, rocoso atrás e inapelable en el otro aro por dentro y por fuera.

Descuentan los 'taronjas'

Con estos argumentos, el actual campeón de la Liga Endesa empezó a descontar. Del 35-23 al 35-37 en un abrir y cerrar de ojos. En eso que Ondrej Balvin empataba y espoleaba brazos en alto a la grada, que reaccionó a la petición de aliento de los suyos desde la pista y desde el banquillo.

Lo que seguía siendo una quimera era parar a San Eme. El internacional español, además, encontraba como aliado a Green. En el lado contrario, Ondrej Balvin tenía cierta clarividencia 39-44. Entonces aparecía Pablo Aguilar en acción. El ala-pívot restablecía las tablas ante el delirio del Arena (44-44, a falta de dos minutos).

El posterior tiempo muerto dejaba en el banquillo a la pesadilla San Emeterio (autor de 14 puntos en este cuarto). Entre Gal Mekel y Pleis llevaron el choque al periodo decisivo con 46-48, bajando el telón un gorro estratosférico de Marcus Eriksson sobre Vives.

Resiste el Herbalife

El Granca, a pesar de todo, resistía. Pero el Valencia Basket no daba tregua. Dubljevic y Green de nuevo reclamaban su cuota de protagonismo, sobre todo el primero, dueño y señor del partido ante la ausencia de San Eme -se pasó el último cuarto en el banquillo tocado físicamente-.

Por los amarillos, Pablo Aguilar, como hiciera poco antes, situó el 48-52 en el electrónico para que el Sí se puede atronara en el pabellón de Siete Palmas. Pero ni por esas el Granca conseguía voltear el resultado, aunque siempre se mantenía al acecho de su rival. Oriol Paulí colocaba el 52-57 con cinco minutos por jugarse.

La esperanza renacía con las canastas de Eulis Báez y Marcus Eriksson (60-61, a 1.42). Green replica y deja el 63-66. A tiro de tres tenían los amarillos el empate con 41 segundos por delante. En esa jugada clave, desconcierto generalizado. Dos errores consecutivos en el tiro de DJ Seeley y, para más inri, cuando Anzejs Pasecnicks iba a rematar la canasta, erró el mate y los colegiados anulaban la jugada por colgarse del aro.

Posterior falta de Eulis Báez y Dubljevic anota uno de los dos tiros (63-67). Otra vez desacierto de DJ Seeley, vaya día el suyo, para que Sastre, con un mate sobre la bocina, remachara el triunfo valenciano por 63-69.