El Parque San Telmo se convierte hasta el próximo dos de mayo en un gran libro abierto de múltiples capítulos y protagonistas, articulados en una treintena de casetas donde cada una aloja un universo editorial y literario distinto. Entre libreros, escritores, editores, distribuidores y lectores, la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria comenzó a escribir ayer la primera página de su 28º edición, que despegó hacia el mediodía con la presencia de los escritores Javier Moro, Miguel de León y Xavier Aldekoa, a los que sumarán este fin de semana más de 70 escritores canarios, 21 autores del territorio nacional y tres internacionales.

"Un libro no existe sin toda una cadena detrás y esta cadena se plasma en este tipo de ferias en torno al libro donde, además, se celebran los encuentros con los lectores, que es lo que más me gusta", señaló Javier Moro, quién presentó su libro A flor de piel (Seix Barral). "Escribir es un oficio solitario, que no puedo contemplar sin el encuentro después con los lectores". Por su parte, Aldekoa, quien presentó sus crónicas recogidas en Océano África (Península), señaló que es importante "mancharse los zapatos" y "escribir con los pies", pero también encontrarse con los lectores y dialogar sobre los libros.

Ambas publicaciones se inscriben en el género de la literatura de viajes, que también tuvo representación ayer en La casa de Shakespeare (Azulia), de Benito Pérez Galdós, que presentó el escritor y librero José Luis González Ruano.

La poesía, la historia, las redes sociales y el realismo mágico de inspiración garciamarquiana -en las letras del escritor Miguel de León, quien presentó Los amores perdidos (Plaza&Janes)- completaron la programación de ayer, lo que pone de manifiesto el mosaico de géneros y estilos literarios que vertebra el escaparate de esta edición ferial. Esta variedad literaria, que aspira a atraer a todo tipo de pasiones lectoras, se hace evidente en el despliegue de casetas que se extiende en el parque capitalino, que oscila desde las apuestas más genéricas hasta los stands especializados.

Esta edición cuenta con la participación de 18 librerías locales -de Gran Canaria y de Tenerife-, que despliegan un amplio abanico de propuestas. Por ejemplo, la poética de Frida Ediciones y los libros ilustrados se exhiben en la mesa central de la librería Sinopsis y, a su lado, Canaima expone nuevas ediciones de clásicos, como la colección completa de la narrativa de Stefan Zweig, que edita Acantilado. La librería Azulia se mantiene como referente en la literatura de viajes y en su apuesta por las editoriales independientes, como los sellos canarios El Ángel Caído o Modernito Books. Los autores canarios también se dan cita en el stand de Cam-PDS/Canariasebook, primera plataforma de crowfunding en las islas, que protagoniza varios actos del encuentro. Y los devotos de los cómics podrán pasarse por El desván del Leprechaun, tomado por el despertar de Star Wars, mientras los más pequeños devoran libros en El Hada Infantil.

En paralelo, por la carpa Pedro Lezcano desfilarán hoy, entre otros, el arquitecto Freddy Massad, que presenta La viga en el ojo; Ignacio Sánchez-Cuenca, con La desfachatez intelectual; o Ramón Gener, con Si Beethoven pudiera escucharme. Además, el concierto de jazz de Top Hat, en la zona Heineken; la proyección de El nombre de la rosa, en homenaje a Umberto Eco, en el Palacete Quegles; y la fiesta ochentera Yo fui a EGB, en la terraza TAO, completan la programación de esta segunda jornada.

Este cruce de manifestaciones culturales se enmarca en la nueva línea trazada por la organización de la Feria del Libro, que se cimienta en un modelo de financiación mixta, con el apoyo del Gobierno de Canarias, Cabildo de Gran Canaria y Ayuntamiento capitalino, así como numerosos patrocinios privados. "Este modelo público-privado es lo que hace posible el éxito y lo que convierte esta feria en una gran fiesta del libro", declaró Antonio Rivero, vicepresidente de la Asociación de Libreros.