"Mi música hablará por mí". La rotunda afirmación de Juan José Falcón Sanabria queda para la posteridad, y ayer lucía en el photocall que presidía el acceso al Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). La casa académica del maestro Falcón Sanabria, que contagió con su pasión por la música coral y que se tradujo en la creación y dirección de la coral universitaria y el Aula de Música que lleva su nombre, y que le otorgó en diciembre de 2006 el reconocimiento de Honoris Causa, celebró en colectividad un sentido homenaje a su prolífica trayectoria profesional como compositor y su rol de docente.
Mañana jueves 23 de junio se cumple el primer aniversario de su fallecimiento que llegó a los 79 años de edad. Y en su ausencia, es la obra la que habla por el maestro. Junto a ese mensaje que ha permitido que las nuevas generaciones se acerquen y profundicen en la personalidad del creador de Poema Coral del Atlántico, Iguaya, Kyros, Aleph, Agáldar, Itálica, Atlántica, Hesperidum, Misa Gloriosa, Concierto para piano, la banda sonora de Guarapo y la ópera La hija del cielo, estrenada en 2007 con motivo de la reinaguración del Teatro Pérez Galdós.
Esa vocación de activar el legado en alumnos de Secudaria y Bachillerato y Secundaria presidió el concierto homenaje de anoche. "Justo hace un año nos dejó", exclamaba ante el aforo del Paraninfo, Stefano Degano, el actual director del Aula de Música Juan José Falcón Sanabria, y desde hace 15 años responsable de la Coral Schola Cantorum de la ULPGC. El concurso de los alumnos de los institutos de El Batán, Cairasco de Figueroa y Santa María de Guía, se tradujo en distintos trabajos sobre Falcón Sanabria: autores de los vídeos que glosaban el perfil del músico y profesor con testimonios de colaboradores, amigos y familia; del photocall y una pieza escultórica de la que colgaban las partituras de El sorondongo, Destellos de lo hondo o La primera estrella de la noche; y un libro donde los asistentes podían plasmar las palabras que motivaran el acto de homenaje al que fuera Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación en 1994, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en 1997 e Hijo Predilecto de la capital grancanaria en 1998. Además, varios alumnos participaron en las distintas piezas autoría de Falcón Sanabria, que se iban intercalando entre las lecturas de textos de la ópera La hija del cielo, que tuvo su epílogo con el análisis de este proyecto sinfónico coral por parte del crítico y periodista Guillermo García-Alcalde, autor del libreto de la ópera que tuvo la producción escénica de La Fura dels Baus.
La parte musical tuvo tres episodios del catálogo de Falcón Sanabria: Arroró, El mediodía -de Poema coral del Atlántico, "que es una obra complicada y la más que representa su estilo", según detalló Stefano Degano- y Sorondongo, con la presencia en el escenario del Paraninfo de la Schola Cantorum con Stefano Degano al frente, y la joven voz de Javier Rodríguez Cedrés. Participarn igualmente antiguas voces de la Coral Polifónica junto a los miembros de Schola Cantorum, el pianista Alberto Montero Falcón -sobrino del compositir- la timbalera Andrea Armas Batistas, y el timplista Germán López . En medio del repertorio coral que caracterizó la impronta creativa de Falcón Sanabria, que tuvo como cierre del acto el Himno a Canarias, emergió el timple con Germán López, Javier Rodríguez Cedrés, que se dobló como cantante e instrumentista, y la también joven Paula Rivero.
De manos de los tres, el maestro y los dos alumnos, sonó un sentido Arroró. "Un placer inmenso estar aquí y poner una nota de timple", decía López para pedir al público una sonora ovación para los dos músicos en formación que le acompañaron.
