Andrés Suárez es un músico con unas características que lo hacen especialmente irresistible en Canarias. El primero es su "bipolaridad" en directo, ya que igual puede tocar un delicado tema melancólico que sorprender con un frenético rock contagioso. Y segundo su vinculación con las islas como demuestran que algunas de sus canciones hayan surgido de largas estancia en Tenerife y Gran Canaria.
El músico gallego actuará el 7 de octubre en el auditorio Teobaldo Power de La Orotava, y al día siguiente en el Teatro Víctor Jara de Vecindario, a las 21.00 horas, dentro de la gira de presentación de su último disco Mi pequeña historia.
Pero, previamente, Suárez protagonizó ayer un chat con los lectores de LA PROVINCIA en el que reconocía que le gustaba el "humor, el amor horizontal, la gastronomía", etc, de las Islas. Lo cierto es que la presencia del Archipiélago en su música es histórica. "Empecé con el colectivo canario", recuerda. "Un músico gallego hacía una ruta en las islas y el de aquí iba conmigo a Galicia", añade. "Venía cada tres meses porque me enamoré de estas islas, de hecho mis canciones hablan más de Canarias que de Galicia" como confirman Benijo o Aún te recuerdo escrita en Las Canteras. En sus conciertos, Suárez estará acompañado de ocho músicos en una formación que él llama el bandón. "En Madrid formé parte de una banda con tintes de rock urbano", con influencias de Leño, Barricada, Platero y Tú y Rosendo. Sin embargo, el cantante reconoce que "yo reivindico la palabra cantautor, a Sabina, Serrat, Aute, y a gente que hace un tiempo se la jugó y dejó un legado intelectual que en Latinoamérica es un referente", añade. En su opinión, en España, cuando hablamos de cantautor tendemos a la etiqueta de tío oscuro, triste, melancólico, que mira el pasado, cuando en realidad Javier Ruibal o Ivan Ferreiro desmienten eso. "Trato de abarcar todo el abanico", afirma, y así interpretar temas a piano y voz, a violín y voz, o a guitarra y voz. "Puedo tocar un tema melancólico sobre una historia que ha pasado en mi familia, a colgarme una guitarra eléctrica y pedirle a la gente que se ponga a saltar". En esa bipolaridad consiste sus conciertos. "Y un cantautor es más cosas de lo que se cree", añade.
