A Lucio Arce le brota la condición de argentino en cada movimiento. En el acento, por su naturaleza de futbolero -pregunta por Sergio Araujo y su gol al Real Madrid - y en su amor por el tango -pasión que se multiplicó durante los 20 años en los que vivió en Estados Unidos y en los que ejerció como publicista para "crear frases felices", como él mismo explica-. Ahora, de regreso a Buenos Aires, se mantiene fiel a la palabra, pero en esta ocasión para dar forma a canciones con las que contar las aventuras y desventuras de las personas corrientes. "Es como ser un arqueólogo que busca huesos o un periodista que da con el titular", detalla antes de recalcar que "cuando doy con la idea correcta, me agarro a ella para crear y contar una historia". Todo eso, en forma de mucho más que tango y humor, será lo que se encontrarán mañana los que se asomen por The Paper Club (22.00 horas) para disfrutar de la parada en Gran Canaria de Lucio Arce durante su tercera gira europea.
Mezclar tango y humor, a partir del concepto más arraigado sobre un género musical marcado por el dolor o el desamor, aparece en el horizonte de cualquier neófito como un intento de maridar agua con aceite. "Esa es la idea preconcebida que se tiene, pero no es novedoso", apunta el cantante. "Hay que buscar, pero hay tangos de los años 20, 30 o 40 en los que se utiliza la ironía para contar". Y justo ese es el recurso que utiliza Arce para su repertorio. "Veo a diario", añade, "lo que pasa en Argentina, por la calle o por la televisión, y pienso que la mejor manera de narrar todo eso es a través del tango. Sobre todo porque somos un país con una identidad cultural muy frágil, que siente debilidad por todo lo que viene de fuera".
El artista argentino subraya que "a mí me gusta todo tipo de música, me gusta el rock y me puede gustar algunas cosas de reggaetón", pero considera que "podemos contar lo que nos pasa con un género creado por los propios argentinos y que además es el más internacional de los que tenemos. Todo el mundo conoce el tango. Y donde hay un argentino, hasta en el Tibet, hay una milonga".
El género y sus anacronismos
Defensor del tango, Arce valora "la aparición de jóvenes músicos" que ahora tocan el bandoneón o forman cuartetos de guitarra. "Hace veinte años", agrega, "era casi imposible dar con un pibe que manejara las formas del tango, pero ahora por fortuna los hay. Pocos, hay que rebuscar, pero están ahí, pese a que los defensores de la tradición critiquen todo lo nuevo relacionado con el tango, como si ya no se pudiera crear nada nuevo", reproches que se topó Astor Piazzolla.
Una elección -qué letra de tango ajena hubiera deseado que llevara su firma- revela las intenciones de Arce. "Si tuviera que elegir un tema", piensa, "optaría por Se tiran conmigo, la historia de un auténtico perdedor. Lo despiden de su trabajo, su mujer lo deja y el poco dinero que le queda lo pierde en el hipódromo, pero cuenta su historia con humor".
En sus tres discos, Tangos inesperados, ¿Trajiste la guitarra? y A la salida del Cabaret, Arce cuenta con arreglos de esos jóvenes músicos de los que habla "en los que se puede comprobar que es gente que escuchó a Bill Evans o los Beatles". En sus trabajos, donde se encuentran colaboraciones con Cristóbal Repetto, está toda la frescura e ingenio de un artista que mañana, en The Paper Club, defenderá solo su repertorio -"aunque habrá una artista invitada", advierte-.
