Cada mirada escribe una página distinta sobre los paisajes que visita. Y el fotógrafo grancanario Ángel Luis Aldai escribió a través de su objetivo la historia de la otra cara de Quisqueya, nombre que designa a la República Dominicana en lengua taína y que significa "la madre de todas las tierras".

El viaje que recoge este proyecto editorial, impulsado por la Fundación Acuorum, siguió los caminos del agua en este caleidoscopio insular de belleza natural y pequeñas poblaciones, que constituye"una perla singular en el mundo americano actual", indica Aldai.

"Un grupo de nómadas arribó a estas islas desde las costascaribeñas de Venezuela y se encontró con esta tierra hermosa, que se bautizó como madre de todas las tierras", explica el fotógrafo. "Entonces, yo trato de recuperar esa Quisqueya, porque mi intención no era hacer un libro turístico, sino un libro sobre su naturaleza".

El agua es el hilo conductor de este relato fotográfico de 196 imágenes, que refleja la biodiversidad de Quisqueya en las distintas estampas de sus plantaciones, cultivadas mediante el sistema tradicional de regadío, así como de sus lagos, ríos, cascadas y "los mil azules" del mar caribeño. Pero este periplo fotográfico también siguió las huellas de sus habitantes, con los que el fotógrafo y su ayudante de producción, María, conversaron y convivieron durante 45 días.

En este período de tiempo, que evocan como "días intensos y mágicos", ambos recorrieron los 48.000 kilómetros cuadrados de Quisqueya, que revelaron antes sus ojos las contradicciones y brechas sociales que aloja el país. "En la República Dominicana hay pequeños núcleos muy desarrollados, con resorts, centros comerciales, campos de golf y urbanizaciones lujosas, como en Punta Cana o La Romana, pero lo que a mí me interesó fue la otra cara de la isla, donde reina la pobreza y parece que el tiempo no ha transcurrido, porque permanece tal cual", explica el fotógrafo. "Además, son paisajes remotos de una belleza espectacular, como el lago Enriquillo, el más grande de la República Dominicana, que se extiende como un océano del que no ves la otra orilla".

Los 196 fragmentos de la isla inmortalizados por Aldai, con sus distintas luces y misterios, están enriquecidas con sus respectivos pies de fotos a cargo del poeta canario Javier Cabrera. Pero la impronta literaria del proyecto va más allá y cuenta también con los textos de los escritores dominicanos César Augusto Zapata y Manuel Antonio Mejías, de modo que Quisqueya se articula como un retrato poliédrico de la otra cara de la isla a través de distintas disciplinas.