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Entrevista

"Alfredo Kraus era un caballero del escenario"

"Un cantante debe comportarse como un atleta en lo relativo a su cuerpo y sus capacidades vocales", afirma la soprano Mariella Devia

"Alfredo Kraus era un caballero del escenario"

Usted compartió con Kraus títulos como 'Les Pêcheurs de Perles', 'Rigoletto' o 'Lucia di Lammermoor'. ¿Que recuerdos tiene de estas óperas a su lado?

De Kraus tengo solo bellos recuerdos, sea como cantante que como persona, aunque -y esto lo lamento- haya tenido pocas oportunidades de frecuentarlo en escena, solo durante las tres producciones que usted mencionara, aunque en teatros diferentes y con tantas funciones. Cuando trabajé con él por primera vez estaba muy emocionada, nerviosa no solo por la enorme fama que Kraus tenía, sino también por la admiración que yo le profesaba y le profeso aún hoy. ¡Diría que hasta tenía temor! Pero todos mis miedos y mis ansias se disiparon apenas empezamos a ensayar, porque Kraus me tranquilizó y fue generoso desde el primer encuentro: un verdadero caballero del escenario, al que no he dejado nunca de recordar con afecto, además de la enorme estima que le tengo.

Está considerada una de las máximas intérpretes del belcanto, pero es también conocida por su férrea disciplina artística. ¿La considera la base de la carrera?

Yo creo que un cantante debe comportarse como si fuera un atleta en lo que respecta al desarrollo de su cuerpo y de sus capacidades de emisión vocal. Esto significa para mi: ejercicio físico, atención en la alimentación y mucho, mucho estudio. No sé si esto sea la base de mi carrera, pero, junto con la elección del repertorio apropiado, la disciplina cotidiana me ha ayudado mucho en la carrera.

Paralelamente a su actividad artística en ópera y concierto, usted se dedica también a la enseñanza. ¿Cómo encamina a los jóvenes cantantes hacia el belcanto que tan bien conoce?

Me dedico a la enseñanza con enorme atención, ya sea en lo que respecta a las voces o en lo que respecta a las posibilidades de mejoramiento del cantante que se acerca. En lo que concierne al belcanto, trato de enseñar particularmente el uso del legato y todo aquello que sea necesario para comprender el estilo de este tipo de música, imprescindible para afrontar este repertorio.

Ha afirmado que "un cantante debería saber lo que le sienta bien a su propia voz". Tanto Kraus como usted misma han hecho de ésto una máxima. Hoy en día, un joven cantante, ¿logra entender este concepto?

Como en todas las profesiones, esto depende de la voluntad, de la determinación, del compromiso, del estudio y de la enseñanza...No son cosas para desdeñar y pienso que los jóvenes no deberían desperdiciar su propio talento cuando lo tienen. Uno de los ingredientes -si podemos denominarlo así- de nuestra profesión es también la paciencia. Se debe saber esperar a que la voz esté preparada para determinados roles; uno no se debiera arrojar de cabeza a un debut tal vez atractivo pero peligroso para el instrumento vocal. Tal vez hoy emprender una carrera sea más difícil que décadas atrás, porque el mundo va más veloz, y se cede -y a veces demasiado- a la impaciencia, al deseo de triunfar. Los resultados en una carrera llegan con la confianza, el estudio y mucha calma, la eterna enemiga de la impaciencia...

Usted conoce bien al públi- co español, ¿se asemeja al italiano?

Amo especialmente el público español, así comoal italiano, ya que hablamos solo de nuestros dos países. Son muy semejantes, con la diferencia -y esto no es de subestimar- que a la ópera en Italia asiste un público menos joven. No quiero generalizar, en absoluto, pero muy a menudo aquí en España me sucede presentarme en salas con muchos jóvenes. Y esto me da esperanzas para el futuro de la ópera.

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