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Cómics

El 'Star Wars' más prolífico

'Antología' muestra cómo ha sido el universo de George Lucas en la novela gráfica

Dos sucesos han puesto al universo Star Wars nuevamente en primera plana de actualidad. Primero, el estreno inminente de la película Los últimos Jedi. Y, segundo, el 40 aniversario de la saga. Mucho ha ocurrido desde que la obra de Georges Lucas creara un fenómeno sociológico que ha crecido de forma imparable hasta hoy. Pero lo que pocos quizás sepan es que en el terreno en el que las aventuras de Luke, Han y Leia ha sido más prolífico e intenso es en el noveno arte. La cantidad de ediciones que se han hecho sobre los personajes originales se ramifican de manera desorbitada en este terreno desde que un título inicial, con guión de Roy Thomas y dibujo de Howard Chaykin, se publicara junto al filme La guerra de las galaxias. Era 1977, cuando los superhéroes vivían horas bajas, y esta estrategia jugada del responsable de Marvel salvó de la desaparición a dicha editorial.

Todo tipo de dibujantes y guionistas de la escudería de superhéroes han contribuido desde entonces a expandir estas aventuras. Pero todos ellos siempre con una calidad impecables y unos guiones realmente adictivos. Sin embargo, tanto para aquellos fans acérrimos de la saga en lo que a la novela gráfica se refiere, como para los que conozcan bien las películas y quieran disfrutar de dichas aventuras por vez primera en este formato, y comprobar como muchas veces este medio ha superado en calidad e imaginación a su hermano el cine, nada mejor que esta Antología que acaba de publicar Planeta en una edición limitada y numerada.

La obra incluye material exclusivo de Roy Thomas, se presenta en estuche de lujo con cubierta especial dibujada por Esteban Maroto y coloreadas por Santi Casas con láminas exclusivas para los compradores. Concretamente, el volumen acoge capítulos de las sagas Star Wars 1977; Imperio Oscuro; Imperio Carmesí; Darth Maul; Imperio; Star Wars 2004; Caballeros de la Antigua República; Legado; Star Wars 2013 y The Star Wars.

Una de las principales cualidades es que al ser una edición de lujo, de tamaño gigante, abunda en las viñetas amplias y panorámicas. Con páginas enteras en las que se reproducen escenas realmente espectaculares de cruceros y cazas imperiales luchando contra las naves rebeldes. Escenas espaciales que permiten el deleite del lector con detalles a veces impredecibles.

El primer número de Star Wars se publicó en junio de 1977, obra del propio Roy Thomas al guión y con Howard Chaykin al dibujo que, a su vez, era el creador del primer póster promocional de la película. La serie duró ciento siete números, entre 1977 y 1986, más tres anuales especiales, que en un principio se basaban en La guerra de las galaxias, El imperio contraataca, y El retorno del jedi y que incluye numerosos escenas eliminadas en las películas, como las de Luke, Biggs y sus amigos en Anchorhead, la aparición del Jabba humano, o el ataque de los Wampas en la base rebelde de Hoth. La aventura que nos ocupa destaca por su candidez, por plasmar con la línea clásica de la factoría de superhéroes la aventura espacial, pero con un toque encantador, con trazos caleidoscópicos cercanos a la serie negra a veces muy típico de esos años setenta. En septiembre de 1986, cuando la fiebre por la saga espacial ya iba a menos, se publica la última aventura en Marvel. Pero cinco años más tarde Dark Horse se haría con los derechos, y volvería a publicar material nuevo y original de forma ininterrumpida hasta el año 2015 en el que, con la compra de los derechos por parte de Disney, volviera nuevamente a la editorial que inició las aventuras.

Así, llegamos a la segunda etapa entre 1991 y 1996, con numerosos artistas implicados. En Imperio Oscuro el guionista Tom Veitch crea una continuación amenazante y atrevida, y el dibujante Cam Kennedy busca alejarse del colorido de todo lo publicado hasta el momento. Una proliferación de primeros planos, con colores tímidos y suaves, crean una sensación de total austeridad que logra que se sienta la amenaza y el terror por la presencia del Lado Oscuro. Ambos autores logra una mayor penetración psicológica en los personajes, pero no evitan que el resultado sea esquemático y robotizado.

La tercera, saga, publicada entre 1997 y 2011, es Imperio Carmesí, donde los guionistas Mike Richardson y Randy Strandley, ayudados por los lápices de Paul Gulacy, muestran con todo lujo de detalles la historia del Imperio después de los dos grandes fracasos anteriores: la explosión de la segunda Estrella de la Muerte, y la desaparición del renacido Palpatine.

Todo transcurre a través de los ojos de Kir Kanos, un guardia de elite renegado. Pero como detalle importante hay que destacar que aquí se huye del maniqueísmo: ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos. También, y al contrario del anterior, el dibujo es extremadamente intenso y luminoso. La cuarta saga, Darth Maul, es una de las joyas del volumen. Darth Sidious está dando las últimas punzadas a su plan para bloquear Naboo con la ayuda de la Federación de Comercio. Sin embargo, los nemoidianos son un problema y controlarles no será una tarea nada sencilla. Es por ello que el oscuro maestro del Sith no puede permitirse ninguna interferencia externa y acude a su discípulo, Darth Maul, que debe golpear el corazón de la organización criminal Sol Negro. El dibujante Jan Duursema sabe crear un villano inquietante y siniestro, con su aureola amenazante y mortuaria, que es incluso capaz de competir en vileza con el mismísimo Darth Vader.

Historia

A partir de aquí se suceden una proliferación de sagas que intentan introducir nuevos elementos al tronco principal de la historia llamado canon. Con las películas La amenaza fantasma, El ataque de los clones y La venganza de los Sith se descubre que la República no es tan perfecta como parece. De este modo, las batallas entre héroes y villanos mutan a escaramuzas entre facciones, y por eso, en el nuevo episodio, Imperio, Vader incluso recuerda su infancia cuando comete alguna de sus tropelías y los disidentes actúan convencidos de que un imperio laico es preferible a un régimen teocrático. Este título coincide con el estreno de la primera de las película antes nombradas en el año 2002 donde el guionista Scott Allie y el dibujante Ryan Benjamin buscan la fidelidad a los referentes fílmicos.

El emperador Palpatine y su camarilla alumbra tejemanejes continuos en un frenesí de traiciones e intrigas sucesoras. Todo en una historia de muy agradable factura y un colorido minucioso y elaborado que hace más placentera la lectura. Fruto de esta fiebre por las precuelas es también el siguiente título, Starwars 2004, donde los personajes, previamente a la rebelión contra el imperio, parecen sacados en las sagas artúricas medievales. Los mismo sucede con Caballeros de la Antigua República que se remonta 4.000 años antes del nacimiento de Luke, donde el padawan Zayne es acusado injustamente de un asesinato y perseguido por la Orden Jedi y por la República en plena huida al mundo de Taris. Zayne encontrará en su huida oscuros detalles para una gravísima amenaza para la República, que va más allá de los propios mandalorianos. Se trata de un capítulo singular donde el dibujo de Brian Ching y Travel Foreman se acerca demasiado a la saga de animación digital de la serie . Y llegamos a los tres últimos y títulos del volumen, donde empieza otra nueva etapa del universo Star Wars realizada en primer lugar por dos de los autores más reconocidos de la franquicia.

Familia

Así, John Ostrander y Jan Duursema firman un Legado donde nada es lo que parece, en el que la ciencia ficción da un paso más allá. todo comienza cuando la familia Skywalker vuelve a tener en sus manos el destino de la galaxia, aunque un terrible ataque a un templo jedi desencadena una serie de acontecimientos que llevará a la traición a un emperador y el renacimiento de la orden de los Sith. Algo similar sucede con Star Wars 2013 donde los personajes regresan al espíritu de aventuras a lo Robin Hood con guiños claros a las precuelas cinematográfica pero con algunas de las mejores escenas del espacio. Todo concluye con The Star Wars, capítulo épico más propio del universo de Flash Gordon. En definitiva, diez aventuras que, gracias a su edición en formato gigante, con un cuidado absoluto por el diseño y la presentación, muestra la enorme cantidad de elementos similares que guardan el cine y el cómic. Dos artes hermanos que, en una obra de esta características, se fusionan mejor que nunca.

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